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ANDREA.

Finalmente nos encontrábamos en Pachuca. Kevin estaba emocionado y feliz de ver a su familia, además porque tenía una excursión planeada con ellos. Por mi parte estaba igual de feliz de ver a mis padres y aún más porque sería la primera vez que verían a Sebastián.

Si, estaban al tanto de nuestra relación pero no habíamos podido coincidir para que se conocieran. Únicamente lo ubicaban por fotos o porque algunas ocasiones lo veían por videollamada, pero está ocasión sería distinto.

Sebastián estuvo comportándose muy extraño durante el viaje, no apartaba su vista del celular y eso me inquietaba. No quería pensar mal, ni muchos menos hacer una montaña en un granito de arena, pero si me hacía pensar a sobre pensar y aunque mi mente, y mi experiencia en mi relación pasada, me querían traicionar, confiaba plenamente en él.

Llegamos a casa de mis padres. Sebastián tuvo la idea de pasar a comprar un pequeño detalle para ellos, algo muy característico de él pues no le gustaba llegar con las manos vacías. Verlo nervioso me provocaba mucha ternura, entrelacé nuestras manos y le dí un beso en la mejilla para intentar tranquilizarlo un poco.

— Por fin llegaron. Los estábamos esperando.— dijo mi mamá al vernos.— Pasen por favor.

Saludé a mi mamá con un abrazo. Siempre sentía una paz cuando estaba con ella, la echaba de menos.
Mi papá se encontraba en la sala, dejo de hacer lo que estaba haciendo para levantarse a saludarnos.

— Mi pequeña, pensamos que ya no vendrían.— dijo mi papá.— Y tú debes de ser Sebastián, teníamos muchas ganas de conocerte.

— Igualmente.— estrecharon las manos.— Y perdonen la demora pero antes quisimos pasar a comprar un pequeño detalle para ustedes.

— No te hubieras molestado hijo.— habló mi mamá.— Gracias.

— Supongo que tienen hambre. ¿Les parece si pasamos al comedor? Ya está todo listo.— sugirió mi papá.

Ambos asentimos.

Durante la comida veía a Sebastián aún nervioso, aunque trataba de mantenerse tranquilo. Por momentos ponía mi mano sobre mi pierna, simplemente sonreía porque entendía que ayudaba a canalizar sus nervios.

Como había dos amantes del deporte en la mesa, fue prácticamente imposible que no se hablará de fútbol. Aunque agradecía eso porque ayudó a qué Sebastián se soltará más.
De a poco fue agarrando confianza y para el postre ya estaba de lo más relajado.

— ¿Cuáles son tus planes Sebas?.— preguntó mi papá.

— Por lo pronto seguir en Monterrey señor, seguir trabajando en mi club y no lo sé, tal vez en algún momento logré dar ese salto al fútbol europeo.— respondió seguro de sus metas, como Sebastián acostumbra a hacerlo.— Obviamente seguir siendo novio de Andrea, claro si ella aún me quiere.

Le dí un ligero codazo porque era claro que quería seguir con Sebastián. Incluso, porque no, dar el siguiente paso.

Yo estoy más que segura sobre querer pasar el resto de mi vida con él. Me hace sentir amada todos los días, enamorándome perdidamente cada vez más.
Quiero seguir haciéndolo feliz, y en un futuro más lejano ya poder pensar en una familia.

Aunque no hemos hablado de ese tema.

Tomamos otro tema de conversación, reíamos por las anécdotas de mi papa. Mamá me pidió favor de acompañarla por algo a la cocina, dejando a mi papá con Sebastián. No me preocupo porque retomaron el tema de fútbol.

𝘿𝙚𝙨𝙘𝙤𝙣𝙤𝙘𝙞𝙙𝙤𝙨/ 𝐒𝐞𝐛𝐚𝐬𝐭𝐢𝐚́𝐧 𝐂𝐨́𝐫𝐝𝐨𝐯𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora