𝘿𝙚𝙨𝙘𝙤𝙣𝙤𝙘𝙞𝙙𝙤𝙨/ 𝐒𝐞𝐛𝐚𝐬𝐭𝐢𝐚́𝐧 𝐂𝐨́𝐫𝐝𝐨𝐯𝐚

14.

No te olvides de comentar y votar.⭐
...

ANDREA

Las semanas han ido pasando con normalidad. Edson lleva quedándose más de lo necesario, creí que tendría que reportar con su club pero no le he preguntado porque no quiero que piense que ya no quiero que esté aquí.
Además de que no quiero desatar una pelea entre nosotros cuando todo va bastante bien.

Con respecto a mi empleo, asistí a la entrevista y dos días después me estaban avisando que había obtenido el empleo, me emocioné bastante. Sinceramente se lo debo a Sebastián, con quién no he hablado desde aquel día que me quedé a dormir a en su apartamento, si no hubiera sido por sus ánimos jamás hubiera peleado por ese empleo que tenía escrito mi nombre.

Edson no sabe que me volví a postular ni muchos menos que lo obtuve, he tenido que inventar un montón de cosas para poder excusar mis salidas tan continúas. Cómo dije no quiero causar más peleas entre nosotros. Aunque estoy consciente que es mejor que se enteré por mi que por alguien más.

Estaba en el comedor trabajando en mi computadora. La verdad es que estoy maravillada con la opción que me dieron de hacer home office y solo ir a la empresa cuando sea muy necesario. Así ya no tengo que estar fuera del departamento tanto tiempo. Ví como Edson salía de la habitación algo apresurado.

— ¿A dónde vas amor? — le pregunté.

— Tengo que hacer unas cosas, no me esperes para comer. Te amo — dijo cerrando la puerta sin darme la oportunidad de responderle.

Supuse que tendría que checar algunos trámites sobre su visa para regresar a Ámsterdam, así que no le dí mucha importante y seguí con lo mío.
Me dí una pausa para comer algo, miré el refrigerador y no había tantas opciones, solo una ensalada que había preparado para cenar anoche pero Edson decidió ordenar comida china.
Tomé el tupper y serví un poco en un plato. Iba a comenzar a comer cuando un mensaje me llega:

Sebastián.

— Hey, ¿Crees que podamos hablar? —

Miré el mensaje por un buen tiempo, no contesté. Claro que seguía un poco molesta con el por decir que le tengo miedo a Edson, aunque si debo aceptar que darle una bofetada fue exagerado de mi parte.
Después de comer, continúe con mi trabajo.

(...)

Eran como las ocho de la noche y Edson aún no aparecía. Le había mandado un mensaje si se encontraba bien y me había respondido que si, eso fue como a las 3:30.
Aún seguía trabajando, tenía que enviar varios correos para coordinar algunas conferencias que se darían en los próximos dos meses. Pero por más que avanzaba los correos no parecían terminar.

Nunca había tomado tanto café pero fácilmente el día de hoy llevaba como cuatro tazas. El timbre se había hecho presente, supuse que era Edson y que había olvidado sus llaves.
Abrí la puerta y me topé con un Sebastián.

— ¿Qué haces aquí? — pregunté.

— También me da gusto verte — expresó sarcástico — ¿Puedo pasar? —

Me hice a un lado permitiéndole la entrada a Sebastián.

— Sebastián, ¿Qué quieres? —