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ANDREA

Salí de la empresa aún sin poder entender lo que me habían dicho. Con la descripción que me dieron, y además de pasar dos años con esa persona, no me fue tan difícil deducir que Edson había dado de baja mi solicitud para un empleo que sabía perfectamente que yo quería.

Caminé por el pequeño parque que estaba ahí, me senté en la primer banca que ví. Saqué mi celular de la bolsa y busque el contacto de Kevin, no me respondió. Miré la hora y me dí cuenta que probablemente estuviera entrenando.

Me quedé un rato más ahí mirando hacia mi alrededor tratando de entender el porque Edson había sido capaz de hacerlo.

- ¿Andrea? - dijeron a un costado mío, giré y me encontré con la figura de Fernanda.

- Fernanda, hola - se sentó a mi lado - ¿Qué haces aquí tan temprano? -

- Vine a dar una vuelta, aprovechando que Sebastián se fue a entrenar - contestó - ¿Y tú? -

- Estaba viendo lo de una entrevista -

- ¿Y te fue mal? ¿O por qué traes esa cara, Andy? -

- Por nada... -

Ladeó un poco su cabeza, me miraba no tan convencida como si mis ojos le darían la verdadera razón por la cual estaba así.

- ¿Peleaste con Edson? - me preguntó.

"Aún no" pensé.

- No, no, estamos bien... Si - contesté.

- ¿Bien? Te estás conformando con estar solo "bien" con él -

- ¿Qué quieres decir? -

- Que solo veo a una chica que vive cómoda con su pareja pero que muy en el fondo no la está pasando bien -

- Pues estás viendo mal y perdón pero ya me tengo que ir - tomé mi bolsa y me levanté de la banca alejándome de ella.

Un taxi me llevó de regreso al departamento, cuando entré todo estaba apagado. Fuí a la habitación para ver si ahí estaba pero no era así, recibí un mensaje, creí que era de él pero se trataba de Kevin:

Kevin.

- Oye, ví que tenía una llamada tuya,
¿Todo bien? -

- Si, todo bien, hablamos luego -

Kevin
- Ok, te mando un beso -

- Yo igual -

Dejé mi celular en la mesa, me quedé en la sala esperando a que Edson llegará. No creo que se haya ido a Ámsterdam sin despedirse. Me quedé mirando la televisión.

(...)

Me desperté cuando escuché la puerta abrirse. Mi el reloj y vi que marcaba las 11:30 de la noche. Achique los ojos cuando encendió la luz.

- ¿Dónde estabas? - le pregunté incorporándome en el sillón.

- Por ahí - respondió tan tranquilo mientras caminaba hacia la habitación.

Lo seguí - ¿Por ahí? Solo eso vas a responder - me acerqué a él. En su mejilla tenía lápiz labial - ¿Qué es esto? -

𝘿𝙚𝙨𝙘𝙤𝙣𝙤𝙘𝙞𝙙𝙤𝙨/ 𝐒𝐞𝐛𝐚𝐬𝐭𝐢𝐚́𝐧 𝐂𝐨́𝐫𝐝𝐨𝐯𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora