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La flor de un chico no tan heterosexual.

— Tenés sabor a whisky. — dijo Soobin, deleitándose de los labios contrarios con la punta de su lengua mientras jadeaba incontrolablemente.

Estaba consciente de que se estaba comportando casi como un animal en esos momentos, pero su mejor amigo estaba igual de perdido, igual de caliente, e igual de ruidoso que él, así que no le importaba. Sólo importaba lo bien que se sentía que todo girara a su alrededor.

— Y vos a vodka. — le devolvió Yeonjun, sacando la suya para encontrarla. Las enredaron juntas, ambos jugando con la viscosidad y los ruidos obscenos del contacto.

Soobin rio nuevamente, como lo había estado haciendo ya por horas sin razón alguna, tomando su cuello para atraerlo todo lo que pudiera a él. Esto logró que sus lenguas se metieran en la boca contraria, y que sus dientes chocaran, pero también que sus cuerpos colisionaran en la manera justa, dándoles un estímulo que los dejó a los dos temblando.

— Creo que estoy un poco borracho. — confesó Soobin entre hipos risueños, como si no fuera algo evidente.

— Sí, creo que yo también lo estoy. — siguió el pelinegro, aferrándose directamente a su culo para acariciarlo con hambre entre jadeos.

Oh, Dios. Junnie. — gimió nasalmente. — Quiero que me la metas. — le dijo, el manoseo provocándolo aún más. — Mm, quiero tenerte adentro. — pidió y pidió, necesitado por él. Cerró sus ojos al sentirlos rotar por la simple idea, totalmente fuera de sí.

No le importaba si Yeonjun le decía que no podían, que tenían que esperar. Ya nada lo podía detener, porque su sangre hervía, su corazón estaba a punto de explotar y su verga palpitaba con fuerza.

¿Qué podría ser mejor que Yeonjun lo destrozara?

Su cerebro nublado sólo podía pensar en una sola cosa, su pene palpitando dentro de él, lo que hacía que su agujero diera espasmos involuntarios. Sinceramente ya no podía aguantarlo más, su cuerpo estaba gritando mucho más fuerte de lo normal, por lo que no podía pasar un segundo más sin liberarse.

— Esperá acá. — le dijo muy serio, empujando a Yeonjun para que se sentara sobre su cama, para luego salir trastabillando de su habitación.

Soobin había hecho su tarea durante esa semana, por lo que había aprendido ciertas cosas para estar listo cuando Yeonjun decidiera aceptar su pedido. No iba a mentir, había tenido ciertas esperanzas de que algo como eso sucediera desde el principio, así que se había tomado las molestias de prepararse sólo por si acaso.

Sólo necesitaba ir al baño para dar un pequeño repaso y asegurarse de que todo estuviera en orden, y estaría listo para la acción, dejando a su mejor amigo sin opción alguna a negarse. Bien, esa había sido su intención, pero en la ducha se tropezó hasta quedar completamente debajo del agua, por lo que tuvo que tomar una en algo así como dos minutos.

— Hyung, estoy listo para hacerlo. — le informó con mucha emoción, entrando en la habitación con una toalla que pronto arrojó al suelo, completamente desnudo y aún mojado.

Yeonjun lo miró con sus ojos totalmente oscurecidos con deseo, levantándose de su lugar para empujarlo con fuerza sobre su cama. Había intuido lo que estaba sucediendo tan pronto escuchó el agua correr, por lo que incluso si la espera había sido mínima se la pasó sumamente agitado y palmeandose a sí mismo sobre su ropa, demasiado excitado para quedarse quieto.

Acomodó a Soobin a su antojo, el menor obedeciendo a todas su directrices sin sentirse cohibido por estar completamente desnudo ante él. El pelinegro lo trataba con fiereza que no podía controlar, algunos de los tirones que le había dado a sus extremidades incluso logrando jadeos calientes de su parte.

pienso en vos ¦ yeonbin •°∘ ✧ ·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora