pienso en vos ¦ yeonbin •°∘ ✧ ·

12

Soobin, un chico no tan heterosexual.

"Es hora de que lo aceptes, no sos heterosexual."

Las palabras se repetían una y otra vez en su cabeza, haciendo eco. Soobin estaba sorprendido. No entendía cómo es que esa simple oración lo había confundido tanto, de nuevo. Él ya había aceptado la idea de que tal vez le gustaran los hombres, y no le parecía para nada mal, entonces, ¿por qué? ¿Por qué su cerebro se estaba rehusando a aceptarlo de esa manera?

— Ey, ¿estás bien? — preguntó el chico sobre él, mirándolo preocupado. — Perdón, Binnie, no lo quise decir así.

— No, hyung, está bien. Yo... — vaciló durante unos segundos más, su vista clavada en cualquier lugar menos en el chico frente a él. — No entiendo. Creí que lo había asumido, ¿por qué se siente tan extraño?

— No es fácil aceptar cambios tan importantes para nuestra identidad tan rápido, Soobin. — intentó tranquilizarlo, levantándose para buscar toallitas húmedas para limpiarlo.

— Creí haberlo hecho. Si no lo hubieras dicho en voz alta, tal vez nunca lo habría notado. — dijo con su voz incrédula, negando suavemente con su cabeza.

— Aún así, no debería haberlo dicho de esa manera, es sólo que... Pensé que seguir haciendo este tipo de cosas sin que te detuvieras a pensarlas sólo se volvería cada vez peor. — le explicó, volviendo hasta la cama. — ¿Puedo? — pidió por su permiso, sin ánimos de empeorar la situación.

— Sí, claro. — aceptó, incómodo, pero intentando aclimatarse nuevamente, en busca de la sensación cálida y de confort que siempre sentía cuando estaba con Yeonjun. Su amigo, al terminar de limpiarlo, lo tapó con la sábana, y luego de limpiarse a sí mismo comenzó a buscar su ropa para abandonar la habitación. — ¿A dónde vas? — preguntó Soobin, consternado.

— ¿Huh? Voy a la sala para darte algo de privacidad para que te cambies, te espero allá.

— No te vayas. — se apresuró, tomándolo de la muñeca.  — No te vayas, hyung. Esto... todo esto es algo difícil de procesar, y me siento más tranquilo cuando estás cerca. — comenzó, intentando explicarse sin mucho éxito. — A lo que me refiero es, si me quedo sólo aunque sea por un segundo voy a pensar de más las cosas. Así que no te vayas, por favor. — le rogó.

— Está bien. Está bien. — aceptó, sentándose nuevamente en la cama, un poco alejado de su amigo.

Soobin negó con su cabeza, golpeando el lugar a su lado para indicarle que se acercara. Yeonjun obedeció, arrimándose a él, aunque aún a una distancia prudente; a lo que el menor respondió abriendo la sábana para que se acostara con él. El pelinegro lo miró confundido, sin entender cómo es que su cabeza podía rechazar la idea de su sexualidad tan fuertemente pero aún inconscientemente lo quería a él, un hombre, tan cerca.

— ¿Estás seguro? — confirmó, sólo por si acaso. Soobin asintió, esperando pacientemente. Cuando finalmente estuvo acostado a su lado se giró hasta quedar abrazado a él, apoyando su cabeza sobre su pecho desnudo.

— No es que me moleste la idea de que me gusten los hombres, pero mi cabeza intentó alejarla tan pronto como pudo cuando te escuché decirlo. — comenzó a hablar, intentando organizar sus pensamientos. — Es más, disfruto mucho del tiempo que pasamos juntos de esta manera, hyung. Quiero admitirlo, porque me gusta... No entiendo por qué me da tanto pánico hacerlo.

— Bueno, a lo mejor no te cuesta admitir esto que estamos haciendo justamente porque es entre nosotros. — comentó el mayor. — Siempre tuvimos mucha confianza y nos contamos cosas que no le contaríamos a nadie más. Tal vez te de miedo la posibilidad de que, al admitir que te gustan los hombres, te atraiga uno y se lo tengas que confesar a alguien más. — dijo Yeonjun, ofreciéndole su punto de vista.