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Un chico no tan heterosexual en Hoengseong (parte uno).

— ¿Este es el lugar, Terry? — preguntó Yeonjun, bajando la velocidad cuando llegaron a la entrada. Miró con atención el portón frente a ellos, que necesitaba ser abierto.

— Eso creo, es la primera vez que vengo también. — respondió el rubio, hurgando entre los bolsillos de su mochila hasta dar con el manojo de llaves que su abuela le había dado. Sólo había una forma de comprobarlo, si la llave entraba, entonces estaban en el lugar correcto. — Tengo que bajar. — informó a sus compañeros de asientos, los cuales parecían demasiados absortos para moverse de sus lugares.

Kai rápidamente desabrochó su cinturón y corrió sus cosas para bajarse al escucharlo, quedándose con él para ayudarlo. Juntos se dirigieron hasta el ingreso, Taehyun intentando recordar cuál era la llave que su abuela le había indicado era la correcta, pero había una sola que lucía como que pertenecía a un candado, así que probaron con esa. La cerradura cedió con facilidad, cada uno de ellos tomando una de las grandes puertas para abrirlas.

Minutos después el auto estaba estacionado en el jardín y los cinco respiraban con tranquilidad el aire puro de las montañas, tomándose unos breves minutos para apreciar el lugar antes de empezar a bajar el equipaje. Les tomó unos dos viajes cada uno el descargar los bolsos y el resto de cosas extras que traían, pero pronto finalizaron con eso y pudieron ingresar al lugar.

Al entrar en la casa se encontraron con una amplia sala cubierta en un piso de madera brillante, en donde había un cómodo sillón bastante grande con una tele en frente. También había una habitación, la de la dueña de la casa, pero ellos no iban a utilizarla. La cocina estaba adherida a la sala, sin divisiones, lo que los dejaba con un plano abierto bastante espacioso. Además de eso sólo restaba el baño interior, uno exterior y el inmenso jardín que parecía extenderse infinitamente.

El exterior era hermoso. No porque tuviera nada en especial, sino que estaba lleno de pura naturaleza que empezaba a florecer de nuevo con el inicio de la primavera acercándose. Rodeando a la casa no había demasiado, sólo un espacio llano de césped, pero sólo unos metros más lejos había árboles por doquier, perdiéndose más allá de la vista, y la próxima casa estaba demasiado lejos como para que irrumpiera la vista.

Taehyun empezaba a entender por qué su abuela no dejaba ese lugar, era simplemente fascinante.

— Comamos algo. — dijo Beomgyu, agarrado del marco de la puerta para hablar con los dos chicos que se encontraban afuera, el de cabellos ceniza y Soobin, que voltearon ante su llamado. Sin ánimos de hablar se limitaron a obedecer.

— Muero de hambre~ — escucharon exclamar al pelinegro al entrar, el cual salía casualmente del baño.

Él, el castaño y Kai habían quedado a cargo de los fideos instantáneos, mientras los otros dos simplemente usaron esos minutos para acomodar algunas cosas en la sala y salir a disfrutar de la vista. Ahora todos estaban sentados en dos mesitas que habían juntado para poder caber todos, con una olla humeante entre medio de ellos.

Con el cansancio y apetito que les había dado el viaje de siete largas horas, no pudieron esperar demasiado, atacando la comida tan pronto como echaron sus ojos en ella.

— ¿Qué vamos a hacer esta tarde? — preguntó curioso el menor de todos luego de algunos bocados, recobrando parte de su energía. Sin embargo se sorprendió cuando todo el resto respondió al unísono, como si se hubieran puesto de acuerdo sin que él se hubiera enterado.

— Dormir. — fue lo que dijeron, con sus caras totalmente serias.

— Ah, está bien. — aceptó Huening Kai, asintiendo con una sonrisa. — Dormir entonces.

pienso en vos ¦ yeonbin •°∘ ✧ ·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora