Un chico no tan heterosexual en Hoengseong (parte tres).
Cuando finalmente recuperaron el aliento lo suficiente como para volver a ponerse en marcha, ambos salieron de la parte trasera del auto para entrar nuevamente en la delantera. Sabían que tenían el pedido de hamburguesas esperando por ellos, pero aún así Yeonjun se aseguró de frenar en una tienda de conveniencia primero, aún si corrían peligro de que el helado se derritiera en el camino.
Por supuesto que compró también las cervezas que los menores habían pedido, pero lo esencial era la ropa interior nueva y las toallitas húmedas que tenía entre sus manos. No le importó si el chico en la registradora lo miró mal o no, o si siquiera le prestó atención, demasiado concentrado en asegurarse de llevar todo lo necesario.
Una vez dentro del auto extendió sus cosas a Soobin, el cual lo recibió con ojos brillantes y una sonrisa entre avergonzada y enternecida. Todo había estado muy bien; entretenido, interesante y fogoso, pero la sensación que tenía entre sus piernas era sumamente asquerosa, por lo que no podía esperar por solucionar aquel problema. Jamás en su vida había sido tan descuidado como lo estaba siendo en ese último tiempo.
— Hyung... — empezó a hablar, mirándolo con sus mejillas sonrojadas.
— No se coló por la tela de tu pantalón, ¿no? — preguntó abruptamente el mayor, sin ánimos de interrumpirlo, sino porque la idea había surgido de la nada en su mente.
Abrió las toallitas húmedas y comenzó a inspeccionar con cuidado la cara de Soobin para asegurarse de limpiar todos los restos que pudieran quedar ella. La giró por su barbilla para apuntarla hacia la luz, dando suaves toques alrededor de su boca, en donde se concentraban más manchas.
— Uhm, no lo sé. — admitió, apretando sus labios mientras esperaba a que el otro finalizara. — Pero la campera lo cubre, no te preocupes. — lo tranquilizó con una sonrisa que no mostraba sus dientes.
— Bien, entonces qué te parece esto... — dijo Yeonjun, descartando el paño en una bolsita para luego desecharlo. — Yo busco las hamburguesas y vos pasas al baño, ¿sí?
El peliazul asintió, de acuerdo con su plan, e internamente se dijo a sí mismo que realmente debía empezar a pensar en las consecuencias de sus actos antes de ejecutarlos.
— Perdón, bebé. La próxima me voy a asegurar de tragarlo yo también. — ofreció el pelinegro en un susurro seductor, inclinándose para dejar un corto beso en su mejilla. Soobin rio al escucharlo, tocando el lugar que había sido besado al sentirlo cosquillear con una sonrisa gigante pintada en su cara.
— Está bien, te perdono. — aceptó, y finalmente se pusieron en marcha hacia el restaurante, donde los esperaba su cena.
Llegaron al lugar y se apegaron al plan. Soobin se dirigió directo al baño luego de preguntar en el mostrador en dónde estaban, el paquete de los boxers nuevos en el bolsillo interior de su abrigo. Cuando ingresó la higiene del lugar fue lo primero en lo que se fijó, aunque por suerte se encontró con condiciones bastante aceptables. Lo único desfavorable era el tamaño diminuto de los cubículos que se podía apreciar claramente desde afuera.
Se apresuró a ingresar en una de las puertas abiertas para cambiarlos, sumamente incómodo al apenas caber parado en el espacio reducido. Le costó demasiado lidiar con las varias capas de ropa que tenía, sobre todo con la larga campera que parecía tener como única función el complicarle la vida.
De haber sido otra la situación ni siquiera se hubiera molestado en llevarla, pero en esos momentos no se lo podía permitir porque caminar por ahí con una posible mancha en sus pantalones ni siquiera era una opción. Así que cuando finalmente (luego de demasiados tirones y tropezones) logró desprenderse de la tela pegajosa, un suspiro escapó a través de su nariz.
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pienso en vos ¦ yeonbin •°∘ ✧ ·
Fiksi PenggemarPorque, ¿quién no se tocó pensando en su amistad más cercana alguna vez en la vida? Soobin definitivamente lo había hecho. Y eso le parecía de lo más normal, hasta que aquel secreto decidió escapar de sus labios. ¿Lo peor de todo? Que se lo dijo al...