pienso en vos ¦ yeonbin •°∘ ✧ ·

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Las preocupaciones de un chico heterosexual (parte dos)

Soobin abrió los ojos con pesadez esa mañana. El despertador parecía sonar de manera más estridente de lo normal, trayéndolo del mundo de los sueños con un dolor de cabeza. Su cuerpo se sentía un poco más difícil de manejar, pero no era extraño. La noche anterior, aún sabiendo que el día siguiente debía levantarse temprano por la mañana para asistir a clases, se había quedado hasta las dos de la mañana perdiendo el tiempo con su compañero de piso y su mejor amigo.

Los menores tenían más energías que las de unos niños en pleno crecimiento, sorprendentemente hacían cosas como esa más de dos noches a la semana y aún así sobrevivían para asistir a sus clases sin problemas. Aún más admirable, Taehyun (el menor de los tres), tenía asistencia perfecta ese semestre.

Logró finalmente levantar su cuerpo de la cama con un leve quejido. Vio en el reloj de su celular que apenas eran las 8:15 AM, lo que lo dejaba con tiempo de sobra para prepararse para la primera lectura, que comenzaba a las 9 AM. Ducha de quince minutos, desayuno de diez, tres minutos para tomar el material necesario para el día, y diez minutos más de caminata hasta el edificio. Incluso tenía un margen de siete minutos (más que suficientes).

Beomgyu ya se encontraba despierto, rondando la cocina para (lo que Soobin suponía) preparar el desayuno para él y su invitado. Cuando se acercó a la puerta del baño, con su mano en la manija a punto de abrirla, escuchó el agua de la ducha correr, lo que lo desconcertó. Golpeó la madera un par de veces para llamar la atención de la persona que se encontraba adentro.

— ¿SÍ? — escuchó entre el ruido del agua.

— Tyunnie, ¿te estás bañando? — preguntó, aún cuando la respuesta era obvia. Por supuesto, recibió un "sí" como contestación.

— Oh, hyung, si necesitas el baño podés pasar. — le ofreció. Soobin se lo pensó un segundo, pero decidió no hacerlo. Su cuerpo estaba demasiado lento, sentía que en serio necesitaba una ducha que lo despertara.

— No, está bien. Necesito la ducha, así que mejor espero. — le respondió. — A menos que quieras compartirla. — agregó, sabiendo que Taehyun probablemente se encontraba en esos momentos haciendo una mueca de disgusto del otro lado de la puerta. Lo que no esperaba era el golpe que recibió en su estómago. Un golpe más leve que uno serio, pero más fuerte que uno en broma, algo así como una advertencia. Al voltear para buscar lo que lo había causado se encontró con la cara de enojo de Beomgyu, que llevaba atadas dos colitas bajas con lo que sobraba de su cabello alrededor de su cuello.

Se fue sin decir una palabra, arrugando sus labios y nariz en una última mueca de advertencia a la que le agregó la seña de "te vigilo" para hacerse aún más claro. Soobin ni siquiera hizo el intento de encontrarlo divertido, definitivamente esos dos tenían una de las amistades más extrañas que él conocía.

Luego de eso todo fue cuesta abajo; tuvo que redistribuir su tiempo debido al retraso en la ducha, lo que lo dejó con el material listo, el desayuno en proceso y para cuando finalmente Taehyun salió del baño ya estaba atrasado. Los que inicialmente podían ser quince minutos de ducha ahora debían ser tres, haciéndolo imposible. Aún así, Soobin la tomó. Eso significó sacrificar el desayuno, que se transformó en uno simplificado para llevar.

Eran las 8:54 AM cuando vio por última vez la hora antes de salir corriendo de su hogar. En vez de caminar, hizo todo el trayecto trotando e intentando tomar su café a la vez, lo que no resultó muy productivo. Aún así, llegó cinco minutos tarde al aula. Era la primera vez que Soobin llegaba tarde a alguna de sus clases desde que había comenzado sus estudios ahí.

Por suerte el profesor no hizo más que mirarlo con mala cara y darle una advertencia, diciéndole que por ser la primera vez lo dejaría pasar, pero la próxima no lo haría. Soobin se disculpó y rápidamente tomó asiento para evitar retrasar más el flujo de la clase. Estaba mortificado. A Soobin no le gustaba llegar tarde, nunca. Tampoco le gustaba faltar, aunque lo prefería a ser tardío. Le gustaba tener todas sus asignaturas al día y mantener un cronograma de estudio constante, que le permitía ser responsable sin sobrecargarse.