Los Descendientes 2 (La Guardia del León)

5- Equipo

Quiero agradecerle a alguien que me dio un empujoncito para corregir este borrador que llevaba semanas ahí con telarañas ya que la universidad no me daba ni una pinchi motivación xd con solo un pequeño detalle cambian mucho la situacion de alguien, creanme<3 

espero haber citado bien tu user x'D gracias qwq gracias a todos por la paciencia xd ya ya casi terminamos para los que vieron la peli sabrán que estamos cerca del final. Y estoy ansiosa no porque termina sino para poder por fin admirar mi trilogía jsjs

En la roca del rey, las cosas estaban bastante tranquilas. Ono se había dado una vuelta para avisar que todo estaba bien y que los chicos se encargarían del problema. El ave se fue tan rápido como pudo en cuanto terminó de hablar con la princesa y sus padres.

—¿No crees que Ono se veía algo nervioso? —preguntó Kiara a su mejor amiga. Al no recibir respuesta, se giró para mirarla— ¿Tiifu?

La leona de ojos verdes sacudió la cabeza y la miró por fin.

—¿Qué?

Kiara negó con la cabeza y puso los ojos en blanco con una sonrisa. Conocía bien a su amiga. Con dificultad, se puso de pie y se aproximó a ella.

—Kiara, no te esfuerces en levantarte. Debes descansar —le recordó Tiifu sin mirarla y Kiara no pasó por alto lo muy poco anímica que sonaba su voz.

—Estoy bien, no puedo quedarme quieta por siempre —la princesa rió y luego agachó las orejas, borrando la sonrisa— Estás esperándolo, ¿verdad?

Tiifu asintió con tristeza y no se molestó en ocultar su desilusión.

—Él... dijo que hoy... bueno, tú estuviste ahí —Tiifu señaló a lo que Kiara asintió— ¿Y si algo le pasó? —su tono cambió a uno preocupado.

—¡Olvídalo! Ono dijo que todo estaba bien.

—Entonces, ¿por qué no vino?

Antes de que Kiara pudiera responder, una voz habló detrás de ellas.

—Quizá se olvidó de ti —Tiifu volteó para ver a su hermano mayor de pie no muy lejos mientras se encogía de hombros

—Sí... —Tiifu murmuró mientras veía el suelo— O quizá está muy ocupado con eso.

—O simplemente se olvidó de ti —Kiumi repitió con naturalidad para sentir, casi enseguida, un leve pero duro golpe en la cabeza— ¡Auch! ¡¿Qué te sucede, Makini?! —exclamó molesto mientras frotaba su cabeza con su pata y veía a la mandril a su lado con cara de pocos amigos. Ella traía su bastón en sus manos y puso los ojos en blanco.

—Nada, sólo que creí que te hacía falta —Makini se cruzó de brazos para luego acercarse a las leonas— No le hagas caso —comentó a la de ojos verdes mientras revisaba a Kiara.

El macho bufó y caminó para descender la roca.

—¿No sería genial que algún día se vaya de verdad? —comentó Kiara sin prestar demasiada atención. Enseguida agrandó los ojos y miró a su amiga de reojo— ¡Lo siento! No quise decir eso...

Makini reprimió una risa y fingió toser, Tiifu sonrió a medias y le hizo un gesto a la princesa encogiéndose de hombros.

Mientras el león marchaba, totalmente metido en su enojo, estuvo a punto de chocar con alguien. Enseguida se apartó y miró a los ojos a quien se había atravesado en su camino. Rápidamente agrandó los ojos y mordió su labio inferior.