3- Incertidumbre

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Disculpennn :( no es muy normal en mi tardarme tanto de verdad T.T problemas personales nomas(?) no voy a detallar jsjs sólo que no se sorprendan si hay huecos tan grandes ahora :c anyway, perdón de nuevo<3


Debido a que Ono se encontraba ocupado en otra parte, sus amigos no habían tenido mejor idea que mandarlo a él a hacer de el de la vista más aguda. Si bien hacía rato que no trepaba árboles, precisamente, desde que se había emparejado con Tiifu quien le quitaba casi todo su tiempo a solas, cosa que no le molestaba, no tuvo problema en subir.

—¿Ves algo? —su mejor amigo preguntó desde abajo.

Zibu suspiró. Con todas las novedades de los forasteros, había pasado mucho tiempo y apenas veía a Tiifu.

—Nop —respondió sin mirar hacia abajo.

—Ono podría volar más alto. O Anga. Él no tiene tanta capacidad de visión obviamente —Rani se impacientó mientras caminaba de un lado al otro— ¿A quién se le ocurrió esta idea?

—A ti —Kovu le recordó.

Ella hizo una mueca antes de reírse con nerviosismo.

—Lo siento, las presiones de ser futura reina.

—¡Chicos!

Los cuatro se voltearon para ver llegar a los niños rápidamente, casi sin aire. Como si los hubiesen estado persiguiendo hacía rato.

—¿Qué hacen aquí? ¿Y Bunga? —preguntó Zibu, mirando a su alrededor, como si su hermano fuese a aparecer detrás de ellos.

—Durmiendo —fue la rápida respuesta de Makena con una tímida sonrisa— Descuiden, volveremos con él antes de que despierte.

—¿Y Tiifu? —insistió el león.

—Con la princesa, quiso ir a verla ya que Kiara no puede salir mucho. ¡Escuchen! Vinimos porque queríamos preguntarles algo.

Los ex forasteros se miraron entre sí antes de asentir a Makena. Zibu enseguida saltó hacia abajo, estando a punto de caer debido a la rapidez. Rápidamente se paró junto a sus amigos para escuchar a los niños.

—¿Es cierto lo que dijo Kion? ¿Ya nadie más podrá venir a las Praderas? —Kijana tomó la palabra.

Hicieron silencio unos segundos, dubitativos, hasta que Rani suspiró. Había sido ella quien había tomado la decisión final y pensaba hacerse cargo de sus acciones. Incluso si le tocara la parte más dura. La inocencia en la pregunta de la cachorra, la destrozaba por dentro.

—Sí, lo siento chicos. Pero no se preocupen. No los mandaremos de vuelta a las Lejanías. Ustedes pertenecen aquí ahora —la leona intentó sonreír.

—¿Eso quiere decir que... ninguno de mis hermanos o amigos podrá estar aquí?

Estaba claro que no iba a ser fácil. Sus amigos intentaron darle una mano a Rani.

—Bueno... no sabemos por cuánto tiempo será, pero...

—Ya, Kovu. Sólo di la verdad —Makena interrumpió.

—Entendemos si es así. En serio... —Kijana apoyó a su amiga— Me hubiese gustado mostrarle a Dogo las Praderas —la chacal sonrió a medias y los leones desviaron la mirada con una risita incómoda.

Los hermanos hiena, a pesar de estar callados, asintieron dando a entender que estaban de acuerdo con ellas. Eso fue un alivio para los leones, hasta que Kijana volvió a hablar.

—Al menos podremos visitarlos.

Tras oírla, los cuatro borraron la sonrisa enseguida e intercambiaron miradas preocupadas. Sabían que la peor parte no había pasado, sino que venía en ese momento. Vitani decidió ser la primera en intentarlo. Se aclaró la garganta, intentando llamar su atención.

Los Descendientes 2 (La Guardia del León)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora