Los Descendientes 2 (La Guardia del León)

Epílogo, Presente

Ahhh lo siento de verdad, no quería tardarme tanto pero tampoco quería traerles algo hecho así nomas TnT ni hablar de que se sumó el inicio de clases y el trabajo y ahhh todo askljdha seguro vieron que anduve subiendo los one-shots de Luca pero no se crean, ya los tenía escritos hasta desde el año pasado, sólo los iba corrigiendo jasja

Pero aquí está. Ahora sí, el último capítulo de esta historia. Estoy sumamente agradecida por quienes están desde el primer capítulo que ya casi tiene tres años. Wow, no me canso de decir lo contenta y orgullosa que estoy<3

Disfruten:3

La unión de dos tierras que los jóvenes gobernantes habían declarado, fue una noticia que llegó a oídos de varios, incluso a otras tierras vecinas. Nadie se creía que a tan corta edad hubieran tomado esa decisión. Varios cuestionaban si sabían lo que hacían realmente, si era lo correcto, entre muchas cosas.

Pero rey y reina estaban seguros de sus decisiones. No permitirían que nada le suceda a su hogar.

La reina Rani estaba orgullosa de sus amigos. Darían un gran paso.

Tanto a Kovu como a Vitani y a Zibu les hubiese encantado llevar directamente a sus familias hacia las Praderas para poder unir sus dos lugares de una vez. Pero estas rápidamente manifestaron no sentirse listos aún. Fue por eso que tuvieron que pasar unos días antes de que aceptaran ir finalmente a las Praderas.

Durante esos días, los tres jóvenes visitaban a sus familiares diariamente. Jamás llevaban acompañantes para no intimidar a nadie. En ese periodo, no perdieron ningún detalle acerca de todo lo que había pasado y les contaron absolutamente todo.

Todos estaban sorprendidos al enterarse de que Rani, la hija del poderoso Scar, estaba en el trono. Era la actual reina de las Praderas. La realidad era que ni ella misma se lo creía.

Finalmente habían aceptado. Nadie había prometido mudarse, pero le darían una oportunidad al nuevo hogar de los niños, que ya no eran niños en realidad. Aceptaron acompañarlos y así conocer a todos esos animales de los que tanto hablaban, esos nombres que eran mencionados cada día en las conversaciones que Kovu, Vitani y Zibu daban.

Este último no podía esperar más a presentarle a su nueva familia a su madre. Se lo veía sumamente emocionado a diferencia de sus dos amigos quienes estaban claramente más nerviosos.

La leona apenas sí tenía tiempo de mirar a su alrededor a medida que su hijo la arrastraba por las Praderas. Sus ojos no daban crédito a lo que veían. Si bien había estado ahí años atrás, no conocía en profundidad las tierras de los enemigos. Tuvo que mantener el equilibrio en cuanto Zibu dejó de caminar, anunciándole que habían llegado. No había duda de donde había heredado el león su torpeza.

—Hijo, por favor. Ten más... —Jana dejó de hablar en cuanto sus ojos captaron la enorme cortina de agua que se alzaba frente a ambos. Abrió levemente la boca y sacudió la cabeza— ¿Tú vives... aquí?

—¡Sí! Con mi familia. ¡Chicos! Vengan.

La leona se giró para ver hacia donde se dirigía Zibu y ahí apenas notó que no se encontraban solos junto a las cataratas. Tres animales extraños junto a una leona más o menos de la edad de su hijo los observaban fijamente. La mayoría de ellos con una expresión aterrada. Ante el gesto de Zibu, los cuatro se acercaron lentamente.

Uno de ellos tenía un pelaje azulado junto a una melena blanca sobre su cabeza. Jana agrandó los ojos y miró de reojo a Zibu.

—Mamá, él es mi hermano, Bunga. Bunga, ella es mi mamá —presentó el león con una amplia sonrisa.