Capítulo 32

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A Luna le da envidia la velocidad con la que Lía se mueve por el salón, comparado con la que siente que lleva ahora ella.

Está ilusionada con esa fiesta sorpresa que han ideado entre ella y Lía para celebrar el cumpleaños de Martín que parece más especial que nunca. No sólo porque hace cuatro años que no es 29 de febrero, sino porque la vida ha parecido más frágil que nunca y al mismo tiempo se abre paso dentro de su propio cuerpo.

- ¿Cuándo vas a cogerte la baja? - pregunta Lía mientras se sube a una silla para terminar de colocar la decoración en las paredes del salón.

- Pues tenía pensado terminar de cerrar cosas esta semana en la oficina y luego ya desde casa- empieza a decir Luna mientras le va tendiendo globos a Lía- Así puedo estar más con Martín, le acompaño a rehabilitación y pasamos algo más de tiempo juntos...- señala con pena en su voz porque se siente algo culpable por estar tan ausente cuando tanto la necesita- Además, tenemos que ultimar muchos detalles, porque con todo lo del desfile me he centrado tanto en el trabajo que aún nos quedan pendientes muchas cosas de la niña- enumera aún sin saber muy bien cómo se va a organizar.

A fin de cuentas, durante el último mes le ha sido imposible acompañarle a sus sesiones y pasar todo el tiempo que les gustaría juntos y es consciente de que estas semanas no están siendo fáciles para Martín, que se siente algo estancado en su recuperación.

- Haces lo que puedes, pero seguro que os viene bien estar en casa juntos unos días antes de que llegue mi niña- apunta bajándose de la silla para dejar un beso en la tripa de Luna.

- Aún me queda un mes, no sé cómo voy a sobrevivir porque tengo un dolor de espalda ya...- se queja apoyando sus manos en sus lumbares.

- Siéntate un rato, anda- le indica Lía acercándole la silla, porque es cierto que parece cansada, antes de girar sobre sí misma buscando la decoración para la mesa- ¿Mejor así?- se preocupa a pesar de que el rostro de Luna no se relaja del todo.

- Sí, bueno- responde en un gesto en el que parece querer sujetar su tripa- En un rato se me pasa, no te preocupes- le asegura con un suspiro mientras mira alrededor- Nos va a querer matar cuando vea todo esto- ríe imaginando la cara de Martín después de su conversación de esta mañana.

Lía se encoge de hombros. Después del último año, lo mínimo es que celebren el cumpleaños de Martín y sabe que, aunque al principio su hermano pueda estar reacio, va a disfrutarlo de todos modos.

- Voy a tener que irme enseguida, que nos va a pillar sino- le recuerda a pesar de que siente que ha sido una mera compañía para su cuñada que se ha encargado de prácticamente todo- ¿Trabajas mañana?- se interesa.

- De noche, pero seguro que a ti te entra el sueño antes de que tenga que irme y no me pierdo nada de la fiesta- bromea colocando un gorrito de cumpleaños absolutamente ridículo y que le hace reír en cada plato y que va a obligar a llevar a todo el mundo.

- ¿Has hablado ya con...?- empieza a decir Luna en un susurro para que su suegra, que anda por casa, no la oiga. Ante la negativa de Lía, Luna se sorprende- Pero si has pagado ya el alquiler de marzo.

- Calla- le pide principalmente para acallar sus remordimientos.

Poco después de encontrarse con Martín y Luna en Ikea, no tuvo más remedio que sacar el valor para al fin hablar con sus padres. Como todo el mundo preveía, la emoción pronto les invadió no sólo cuando Lía les contó que no tenía intención de volver a Ghana, sino que además ya contaba con un trabajo en España, más concretamente en Madrid. Luis y Aitana por fin volvían a tener a todos sus hijos cerca como tanto habían añorado en el momento que más pueden disfrutar de la familia que han creado.

Más allá de la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora