Luna suspira dejando caer todo el peso de su cabeza en su frente apoyada en sus manos. Siente que va a explotarle el cerebro, pero parece que al menos han conseguido en esa videollamada nueva materia prima e incluso a mejor precio. No es lo que quería exactamente, pero van a tener que apostar por ello si quieren que la colección salga adelante.
Emma, sentada a su lado, abraza a Luna con fuerza.
- Va solucionándose todo poco a poco- trata de infundirle cierta esperanza porque al menos parece que en un par de días recibirán un muestrario.
- Hay que ajustar más de la mitad de los diseños- responde levantando la vista hacia su amiga.
Luna no puede evitar dejarse llevar por la parte negativa. Emma no la culpa, pero le duele verla así porque sabe que en otra circunstancia lo habría afrontado como un reto en el que luchar contra sí misma para dar su mejor versión. No como un obstáculo al que no tiene apenas fuerzas para esquivar.
- Eres una máquina, todo el equipo lo es- le recuerda siendo del todo sincera con lo que opina- Además- propone envalentonada- hace mucho que no lo hago, pero si hace falta me pongo a ello-se ofrece con la intención de aligerarle la carga de trabajo.
- Bastante tienes con tu trabajo- le agradece negando con la cabeza y una sonrisa fingida.
- No solo yo- intenta hacerla ver usando un tono más serio- sabes que todos confiamos en ti y en que vas a ser capaz de salvar la situación- asegura observando como Luna traga saliva con fuerza a la par que alarga brevemente su sonrisa- Te dejo para que sigas, pero si necesitas cualquier cosa, ya sabes dónde estoy-le asegura dejando un beso en su cabeza antes de salir del despacho y dejarla sola para que pueda trabajar.
Además, a ella tampoco le sobra tiempo que perder. Su departamento no ha sufrido grandes variaciones por este último contratiempo, sin embargo, la situación actual que rodea a Luna sí ha hecho que Emma lleve días excediéndose de lo que dicta su contrato.
Cuando la puerta se cierra haciendo desaparecer a Emma, Luna aún necesita unos segundos para tomar aire. Sabe que es complicado, pero es momento de tener la cabeza fría para tomar decisiones que le permitan demostrar que "Bruixa" no ha perdido su esencia aunque cuente con un equipo parcialmente renovado.
Intenta pensar que por un instante su vida sigue el ciclo normal y que Martín va a estar en casa para tranquilizarla y aconsejarla cuando llegue. Trata de ser organizada y trabajar conteniendo los nervios. Como si de verdad él se lo hubiera propuesto, coge un folio como le ha visto hacer mil veces a Martín tratando de clasificar las tareas pendientes y la fecha límite para intentar priorizar según su orden de importancia.
Sonríe inconscientemente cuando imagina lo nervioso que se pondría Martín al ver tanto tachón y color, pero Luna acaba satisfecha con el resultado y las expectativas algo más altas que hace ya varios minutos.
Un golpe de aire fresco la zarandea cuando se abre la puerta sin llamar y hace que levante la vista. Al ver aparecer a Siena se da cuenta de que tiene hambre y de que lleva sentada trabajando desde hace más de tres horas.
- ¿Qué haces por aquí?- no puede evitar sonreír por la energía tan bonita que desprende la chica.
- Soy tu salvación. Te están sonando las tripas- señala antes de poner una bolsa sobre la mesa- Te traigo la comida, es mi plato favorito. Lo ha hecho mi madre- apunta haciendo que Luna se anote mentalmente que después tendrá que escribirle a Laia para agradecérselo-Me ha dicho que seguro que con lo liada que estás ni te acuerdas de comer.
- Dale las gracias de mi parte- agradece el gesto de Laia- ¿Pero cómo andas tan pronto por aquí?- pregunta extrañada- Casi debes haber salido ahora del instituto- señala.
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Más allá de la Luna
Roman d'amourLuna sabe a primavera y a luz, a esas risas sin sentido tirados en el sofá y a sus buenos días amargos. A noches enteras imaginando un futuro juntos en sus escasos metros cuadrados. A amaneceres después de haberle robado la luna al cielo. A futuro. ...