CAPÍTULO TRES

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Trato hecho.

Dione

Ha pasado una larga hora para poder ver a mi padre, ahora estoy llegando a su habitación, la cual está en el último piso, donde brindan la mejor atención a los pacientes.

—Hola, papi —susurro con una media sonrisa—... prometo que buscaré la manera de que tengas la mejor atención posible.

Está descansando mediante anestesia, creo que todo el estrés de trabajo también le ocasionó esto, y más con el idiota ignorante de Nicholas. ¿No podía utilizar su maldito auto deportivo?

Le doy un beso en su frente y acaricio su rostro.

—Te amo —sollozo.

Me volteo y doy un respingo al ver a Joseph parado en la puerta de brazos cruzados.

—Lo siento, Joseph, no lo vi.

—No te preocupes, Dione —suspira—. Ven, quiero hablar contigo.

Le lanzo una última ojeada a mi padre y me voy silenciosamente para no molestarlo, cierro la puerta lentamente y voy detrás de Joseph.

—¿De qué quiere hablar?

—¿Cómo pagarías las medicinas de tu padre? —llega al grano.

Rasco la parte trasera de mi cabeza.

—Sinceramente, no lo sé. Pero puedo trabajar y ahorrar para pagárselas.

Él sonríe tristemente.

—Son muy caras, Dione.

Eso me desanima lastimosamente, pero tiene razón. Ni trabajando una vida podría pagar todas las jodidas medicinas, y no quiero perder a mi padre. Creo que con el salario que gana, aunque no es tan mal, tampoco cubre para todas las medicinas.

—No puedo hacer más, señor Joseph. ¿Qué me recomendaría usted en mi situación? No me quedaré sentada en una silla, viendo como mi padre se muere poco a poco.

Él coloca su mano en mi hombro y carraspea.

—Yo tengo la solución, pero a cambio, tendrás que hacer algo por mí, Dione.

Frunzo el ceño y lo miro de arriba a abajo tratando de formular en mi cerebro que tipo de favor necesita.

—Diga —suelto luego de unos segundos.

—Yo pagaré todas las medicinas —siento una punzada en mi pecho y mis ojos brillan—, pero tienes que hacerme un favor, que no es tan fácil, pero me gustaría que lo hicieras.

Trago grueso y hago una señal para que proceda.

—¿Qué es?

—Que te cases con Nicholas.

Abro mis ojos como dos platos, al igual que mi boca. Justo veo que Nicholas aparece detrás de su padre, y se queda igual de petrificado que yo.

—¿¡Qué?! —me exalto— ¿Cómo puede pedirme eso?

—De verdad que te volviste loco si crees que me casaré con esta insoportable.

El futuro Heredero✔️  (BORRADOR).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora