CAPÍTULO NUEVE

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Aparentar.

Dione

Llegamos más o menos en una media hora al salón de fiestas. Mi esposo respetó la primera regla que le di antes de que arrancara el auto, lo cual me alegro, supongo que acaba de notar que odio que me desobedezcan.

Me da risa que el pobre de verdad pensaba que era una sublime sumisa. Estaba equivocado y en otra emisora.

Varias cámaras nos flashean mientras mi esposo apaga el auto. Nicholas es el primero en bajar y pasa a mi lado a abrirme la puerta, sostiene mi mano para que baje y procedo a hacerlo.

Ambos sonreímos para las fotos que nos tiran, Nicholas coloca una de sus manos en mi hombro y otra en mi cintura. Contengo las ganas de pegarle otra bofetada, si no lo hago, es porque sé que solo lo hace para llamar la atención de estos metiches.

Uno de los fotógrafos comienza gritar ¡beso! y luego le siguen los demás. Tiemblo en mis adentros y sonrío incómoda, Nicholas sostiene mi rostro y lo pega al suyo para darme un beso casi en la mitad de la comisura de mis labios.

Suspiro de alivio al ver que sí pareció un beso real y también cuando escuché los sonidos de ternura y amor de los fotógrafos. Nicholas y yo no nos hemos besado de verdad, y eso nunca pasará.

Justo cuando entramos, vienen varias personas para acercarse a nosotros, o más bien, a Nicholas. Al menos, él sostiene mi mano y acaricia mi dedo índice suavemente, cosa de la que él no se da cuenta que está haciendo.

Le sonrío a todos como despedida para que finalmente se vayan, justo cuando trato de voltearme hacia el cenutrio, llega una morena para abalanzarse a sus brazos.

Frunzo un poco el ceño y sacudo mi cabeza para sonreír incómodamente. Prefiero no hacer muecas para dar una mala imagen.

-¡Freund, te extrañé mucho! -le da un beso en la mejilla.

¿Qué carajos le pasa y por qué está tocando tanto a mi esposo?

-También te extrañé -responde indiferente y la aparta medio sonriente-, ¿estabas invitada a esta fiesta?

-Nah -bufa-. Mi familia decidió venir a ultimo momento, así que aproveché para venir a verte.

Ambos se quedan hablando y me siento totalmente excluida de la conversación. ¿Y qué puedo decir? No soy parte de este ambiente, si ni siquiera soy millonaria.

Siento unos brazos en mi hombro y me volteo para ver a mi suegro bien sonriente. Siempre llega para salvarme en los momentos más inoportunos.

-Estás increíble, como siempre -me da un corto abrazo-. No paras de sorprenderme, Dione Maxwell.

Sonrío de boca cerrada.

-Gracias, Joseph.

La morena choca con mi hombro y se acerca a mi suegro con una gran sonrisa reluciente, el
cual él le corresponde indiferente.

-¿Cómo está, Joseph? Hace mucho que no sabía de usted.

—Mhm —es lo único que dice y dirige su mirada hacia mí—. Dione, querida, ¿por qué no bailas esta pieza con Nicholas?

El futuro Heredero✔️  (BORRADOR).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora