El futuro Heredero✔️ (BORRADOR).

CAPÍTULO I

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Clase baja.

Dione

Mierda.

Otra vez, despertando en esta realidad.

Estrujo mis ojos cuando la luz del sol se cuela por la ventana, noto que mis padres no están en la cama. Debo suponer que se fueron a trabajar.

Hoy es sábado, así que hoy no me toca ir a la escuela. Puede ser que viva en una casita de una sola habitación, un solo baño... y, bueno, la cocina que se mezcla con la sala, pero me gusta estudiar.

Algún día quisiera salir de esta pobreza, que mis padres no tengan que trabajar, y es algo que sé que voy a conseguir. Todo por ellos.

Sé que soy muy soñadora. Algo normal en una niña de catorce años, pero esa es la clave del éxito, siempre con los pies en la tierra.

El estómago me cruje, me levanto y me dirijo a la cocina. Veo un plato en la pequeña encimera y la nota que está al lado.

«Tuvimos que irnos muy temprano, te dejo este sándwich para que desayunes. De verdad lo siento, mi amor. Te prometo que la próxima te haré algo mucho mejor»

Con mucho amor...

Mamá.

Estrujo el papel y lo lanzo a la basura. Siempre me promete lo mismo, y nunca lo ha cumplido.

Sé que no es su culpa, pero no puedo evitar sentir esa presión y tristeza de tener una vida la cual no merezco, nadie la merece en realidad.

Quito la tapa y me siento en el sofá para comerme el sándwich de queso. Con el tiempo mis padres pudieron comprar una televisión y pues, con eso me entretengo los fines de semana.

Cambio los canales con un aburrimiento notorio, eso fue hasta que me detuve en Disney Channel y vi que estaban transmitiendo Enredados. Doy brincos de la emoción ¡es mi película favorita!

Dios, por suerte a penas estaba comenzando. Cuando ya estaba por ponerme cómoda, escucho el teléfono de la casa sonar. Maldigo y me levanto para contestar.

-¿Hola?

-Dione, querida -escucho la voz de mi madre y me vuelvo a sentar en el sofá-. ¿Cómo estas? ¿Ya desayunaste? ¿Te sientes bien...?

-Mamá -interrumpo-. Estoy bien ¿sí? Todo está bien.

-Lo siento, sé que estás enojada, y te entiendo. Al menos hice el esfuerzo de dejarte el desayuno para que tengas algo en el estómago.

Resoplo y le doy un mordisco al sándwich.

-Todo está bien, mejor sigue trabajando.

-No, espera. Te había llamado para que vengas a la casa de los Maxwell más tarde -me exalto-. Chloe te hará la comida...

-¡Claro que iré! -sonrío- ¡Nos vemos más tarde!

Cuelgo sin dejar que continúe hablando, recuesto mi cabeza en el espaldar y miro al techo. Mis días se vuelven felices cada vez que Chloe me hace la comida. Dios, la adoro.