El futuro Heredero✔️ (BORRADOR).

EXTRA: Odio al rechazo.

Lo que todos esperaban con ansias... la razón por la que Dione rechazó a Nick *insertar risa malvada*

Nota: Es un poco corto porque es como un recuerdo, pero la canción representa perfectamente este extra.

¿Quieren otro extra para el día de hoy?

♥♥♥♥

Dione

Me encuentro con mi padre en la cocina. Lo saludo de un abrazo y me coloco a su lado, me mira un poco sorprendido, no suelo despertarme tan temprano. Pero hoy lo quise hacer para apreciar las cosas lindas que me da la vida.

Nicholas Maxwell, por ejemplo.

Es un chico guapísimo que vive en esta mansión. De sólo verlo, me sonrojo al instante. Y supongo que él lo nota, ya que muchas veces me lanza miradas un poco fuera de contexto.

Salgo de mis cavilaciones cuando mi padre me palmea el hombro.

-Tengo que ir a trabajar, ¿segura qué no necesitas nada? Llegaré tarde.

Asiento.

-Estoy segura, puedes irte tranquilo. Tendré la compañía de Chloe.

-Chloe tiene el día libre, por eso te lo decía.

Hago una mueca de decepción, siempre me entretengo con ella y así no me siento tan sola. Mi madre lleva un año y unos meses de que murió. Aún me cuesta asimilarlo.

Recuerdo que cuando llegué aquí, Nicholas entró a mi habitación y estuvo casi toda la noche conmigo, tratando de consolarme. No suele demostrar sus sentimientos ante las personas, debe de ser una persona muy importante para él para poder demostrarle cariño.

-No te preocupes, papá. Estaré bien -sonrío a fuerzas para que se calme-. Ve, debes de cumplir con tu labor.

Suspira y besa mi frente.

-Cuídate mucho -se va sin decir más.

Me incorporo del comedor para tomar un vaso de jugo de naranja. Miro de reojo como se abre la puerta y mi corazón se detiene al ver a Nicholas en la puerta.

Para tener diecisiete, tiene el cuerpo bien trabajado el condenado.

Me examina como si me estuviese estudiando, maldigo en mis adentros porque estoy toda recién despierta y alborotada. Él tiene su ropa de hacer ejercicio, supongo que acaba de venir del gym.

-Pensaba que las princesas como tú, despertaban todas arregladas y relucientes
por las mañanas.

Mis mejillas se tiñen de rojo y ni siquiera tengo que mirarme en un espejo para saberlo, hasta me arden.

-Bueno, soy un ser humano, no una princesa en apuros que tiene que esperar a su príncipe.

Y sí, siempre he tenido el ego por las nubes, y respondo de una manera muy segura para no sentirme intimidada por nadie, menos por él.

Muerde su labio inferior con una sonrisa.

-Sabía que ibas a dar tus respuestas magníficas, deberían de existir más chicas como tú.