El futuro Heredero✔️ (BORRADOR).

ESPECIAL 500k: Kilig.

¡Gracias por el medio millón! Muchos pidieron otro extra de cuando la piraña y el cenutrio eran adolescentes, así que... aquí estamos.

Es corto, les prometo que subiré otro mucho más largo y divertido, es que se merecen al menos este pequeño especial :).

Esto sucede cuando Nick va de visita a la mansión Maxwell, meses después de estar en Alemania.

¡Disfruten!

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Dione

Tomo un largo suspiro mientras estoy parada frente al espejo. Los nervios me están comprimiendo, volviéndome loca.

Han pasado ocho meses de que rechace a Nicholas, no ha venido desde ese día, y según lo que me ha contado Joseph, ha dejado de ser ese chico simpático que era antes.

Mi padre ya fue a buscarlo al aeropuerto, están por llegar en unos minutos y ya debo de bajar a la sala. Agradezco con todo mi ser que la bruja piruja de Celine esté de viaje. Si fuese por ella, no dejaría que el servicio esté para recibir a su hijo.

Bajo las escaleras y llego al salón principal. Saludo a Chloe con un gesto a lo lejos y ella
me guiña un ojo.

Detengo mi paso poco a poco cuando la puerta se abre, veo a Joseph entrando primero a esta estancia, y mira corazón se detiene cuando lo veo.

Nicholas.

Él entra, mirando su teléfono atentamente y olvidándose de la existencia de la gente aquí presente. Cada vez está más hermoso, y cada día me gusta más.

A pesar de que ya nuestra relación no es la misma, no puedo evitar sentir lo mismo por él.

Me gusta, maldita sea, me gusta demasiado... pero no creo que se pueda remediar lo que pasó.

-¡Dione, querida! -maldigo en mis adentros cuando Joseph me saluda y él alza su cabeza para mirarme- Que gusto verte.

Me acerco para saludarlo con un cálido abrazo. No he visto a mi padre entrar, así que supongo que está en su puesto de trabajo.

Me separo de Joseph y miro a Nicholas mientras juego con mis dedos, nerviosa. Nunca me ha intimidado, pero debo de admitir que en estos momentos, me siento presionada.

-¿Acaso no vas a saludar, Nicholas? -codea su brazo y guarda su teléfono.

-¿Hay alguien importante aquí al cuál tenga que saludar? -espeta, secamente, mirándome a los ojos.

Justo en mi pobre corazón.

-Compórtate -le refunfuña.

-Pues no me digas cosas irrelevantes -se encoge de hombros-. No tengo el porqué saludar gente las cuales no significan nada para mí.

Choca con mi hombro y ordenan a que lleven la maleta a su cuarto. Carraspeo, un poco incómoda y noto la media sonrisa de Joseph.

-¿Por qué lo rechazaste? -pregunta, preocupado- Es obvio que te gusta, y créeme, él estaba muy enamorado de ti.

-Así cómo lo dijo, estaba -remarco-. Así como él me gustaba a mí.