El futuro Heredero✔️ (BORRADOR).

CAPÍTULO II

Cruces.

Dione

-¿Todo bien con el señor Nicholas?

-Que sí, mamá -suspiro-. Solo tuvimos un simple cruce.

-Claaaro, sólo un simple cruce -alardea-. Es obvio que estaba a punto de besarte, tú fuiste más tontita en separarte...

-¡Mamá! -siento que mis mejillas arden y me levanto de la mesa cuando comienza a reírse- Deja de recordármelo por favor.

Ella ladea su cabeza con un semblante divertido, pero olvida el tema.

Chloe mi hizo la comida, que por cierto estuvo deliciosa. No alcancé a saludarla porque tuvo que ir a limpiar las habitaciones, espero que si me dé tiempo.

Nicholas salió hace media hora y no ha regresado, me pregunto a dónde habrá ido. Claro, no es que me interese lo que haga, es solo por precaución...

Salgo de mis cavilaciones cuando alguien me tapa los ojos, sonrío por inercia y me volteo hacia la silueta que hizo tal acto, Joseph Maxwell.

Me abalanzo hacia él para abrazarlo, es igual de alto que Nicholas.

-¿Cómo está mi niña favorita? -pregunta cuando me separo de él.

-Muy feliz ahora que lo veo.

-Le dije a tu madre que te invitara a comer, es mejor que estés aquí a que andes sola en casa. ¿Te gustó la pasta? Le dije a Chloe que la preparara especialmente para ti.

Asiento, con mucho entusiasmo y cariño.

-Le agradezco mucho a Chloe y a usted, es como un segundo padre para mí.

Le lanza una mirada rápida a mi madre y ella la desvía inmediatamente. Suelta un resoplido y palmea mi hombro.

-Siempre podrás contar conmigo...

-¡¿Joseph?! -se calla al instante y maldigo en mis adentros cuando escucho a esa voz inundando la cocina- ¿Se puede saber qué estás haciendo aquí?

Lo que no quería encontrarme el día de hoy, víboras como Celine Maxwell.

Es la esposa de Joseph, pero se nota de lejos que no la soporta en absoluto. Realmente no entiendo por qué siguen juntos.

-No empecemos a discutir.

-¿Para qué trajiste a esta niña aquí, Ava? ¡Este es tu trabajo! ¡No una guardería!

Siento las manos de mi madre en mis hombros para protegerme, esa señora me aterra.

-¡No te expreses así de Dione! -espeta Joseph- Parece que se te olvida que yo soy el que decido todo aquí. Si no te parece, puedes largarte.

Ella toma una larga respiración para calmarse y se cruza de brazos, supongo que decidió seguir su consejo.

-Ava, en unos días me iré a un viaje de negocios. Quiero que vayas conmigo.

Miro a mi madre con un semblante de decepción, ella nunca ha estado separada de mí.

-Señora... no creo que sea buena idea...