CAPÍTULO VEINTIUNO

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Justicia.

Nicholas

A veces, los acontecimientos pasan en un abrir y cerrar de ojos.

Hoy, luego de tres días de insomnio, discusiones, luchas y cansancio... no pudimos hacer nada.

El padre de Dione murió mientras la ambulancia estaba de camino al hospital.

Todos sabemos que murió por la desgraciada de mi madre. No sólo me arruinó la vida a mí y a mi padre, sino que también lo hizo con Dione, sabiendo que su padre era el único ser querido que le quedaba.

Ahora, estamos en su funeral, llevamos unas horas aquí, pero al menos lo pudimos despedir en un funeral que tiene más que merecido.

Dione no ha parado de llorar y no se ha separado del ataúd desde que llegamos. He hecho el ademán de acercarme, pero si no me ha hablado en estos días ni para darme la hora, mucho menos para consolarla me dejaría hablarle.

La extraño tanto.

Tampoco sé como mi madre tuvo el descaro de venir aquí, no entiendo qué quiere dar a demostrar. Siempre he sabido que era una víbora, ¿pero tratar de lastimar a la persona qué quiero por una herencia?

-¿Por qué no vas hacia ella? -mi padre acaricia mi hombro y salgo de mis cavilaciones.

Niego al instante.

-Creo que prefiere estar sola.

-Y yo creo que necesita estar contigo -sonríe a medias-. Entiéndela, obvio que iba a reaccionar así. Pero no te preocupes, sé que el hijo que está esperando Ruby, no es contigo. Celine tiene algo que ver con esto.

Me quedo un poco confuso y petrificado a la vez.

-¿Tú... me crees?

Resopla.

-Por supuesto que sí, eres mi hijo. Y si dices que no hiciste algo a la primera, siempre te creeré.

Sonrío en mis adentros por su muestra de afecto.

-Lástima que Dione no lo cree así.

-Es sentido común, Nicholas -se encoge de hombros-. Tienes que carecer de tu capacidad de intelecto, sé que si estuvieras en su posición, también te hubieses sentido igual, ¿no es así?

Sonrío un poco y le doy un abrazo, algo que lo toma por sorpresa, pero él accede a mi afecto.

-Gracias por tus consejos.

Escucho una risa baja.

-Siempre estaré contigo -nos separamos del abrazo-. Yo haré lo posible para que nadie te vuelva a lastimar. Ni a ti, ni a Dione -suspira- Ahora ve con ella, pero no la presiones. Necesita un poco de soledad.

No le digo nada y me dirijo hacia Dione. Ella sigue aún apoyada del ataúd, llorando como nunca la he visto en mi vida entera. Sé que le duele, ya que es muy reciente esto.

-Dione -sus hombros se encogen con cada sollozo que suelta-. Preciosa, ven.

Sostengo su mano para alejarla un poco, pero ella aún se abstiene a dejar el ataúd. Suelto un resoplido lastimero y acaricio su cabello, en estos tres días no la he tocado, y pude sentir un pequeño atisbo de emociones cuando lo hice.

El futuro Heredero✔️  (BORRADOR).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora