El futuro Heredero✔️ (BORRADOR).

CAPÍTULO DIEZ

Adaptarse.

Nicholas

Suelto un gruñido y me estiro lentamente para levantarme. Hoy tengo que ir a la jodida empresa junto con mi padre para manejar las acciones de los hoteles que tenemos en algunos de los estados.

Mi padre y yo somos los responsables de todos los movimientos y gastos que realicen los empleados de cada hotel. Y sinceramente, es un trabajo que me agota demasiado.

Me siento en la cama y me volteo hacia el espejo. Veo a mi esposa terminando de hacerse su coleta alta y se arregla su falda de tubo, esa maldita piraña.

Me levanto y aparezco detrás de ella, da un respingo porque no notó que me había despertado y sonrío a medias.

-¿A dónde vas?

-Creo que es obvio, ¿no? -suspira- Joseph me dijo que los acompañara hoy a la empresa.

-¿Qué? -frunzo el ceño- ¿Y tú al menos tienes una idea de lo qué se debe de hacer?

-Nicholas, estudié administración de empresas por cuatro años, por si tenías angustia de que haga algo mal.

Aprieto mis labios.

-¿No hay algo en lo qué no tienes qué andar como pegoste atrás de mí? -ruedo los ojos y me dirijo al baño- Como jodes.

Ella opta por no responder y me ignora, mejor. Así no discutimos en pleno transcurso de la mañana, al menos, no hemos tenido tantas indiferencias esta semana, pero eso no impide que no hayamos tenido una que otra pelea.

Bajo luego de media hora a pasos rápidos. Ya Dione debe de estar esperándome en el auto. Tomo una tostada de la mesa y me la como mientras llego a la camioneta.

Entro por la parte trasera, el auto avanza al instante, encuentro a Dione molesta y con los brazos cruzados.

-Llevo quince minutos esperándote, Nicholas -espeta seria.

-Mhm, por si no sabías, tengo un reloj y sé qué hora es, pequeña diva.

-Pues, sé puntual la próxima vez y no me hagas quedar mal, cenutrio.

-No estoy para tus sermones, Dione -suspiro-. No he desayunado y me vale mierda todo, estoy de mal humor.

-¿¡Cómo qué no has desayunado?! -ahora sí está molesta, ¿para qué rayos le dije eso?-Sabes qué te vas a desmayar si no comes, ¿cierto?

Ruedo los ojos, me va a dar jaqueca.

-Ya cierra la boca, como cualquier cosa en la empresa y punto final.

-La próxima vez, levántate temprano y desayuna para no andar con el estómago vacío.

El auto se estaciona, bajo primero que ella para no esperarla y soportar otra vez la mierda que habla como un loro. Aún así estando en tacones, me sigue el paso a la perfección la maldita piraña.

Llegamos al enorme despacho luego de subir en el ascensor al último piso. Mi padre está tomando una taza de café y baja su periódico para mirarnos a ambos.