CAPÍTULO 26.

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Amanecimos todos en la misma habitación de hotel a pesar de que habíamos contratado varias habitaciones.

El día anterior, después de llegar, reservamos habitaciones para todos y dimos algún paseo por la zona. Era todo precioso. Por la noche estuvimos bebiendo mucho y acabamos todos en la habitación de Rubén y mía borrachos. La imagen que veía era tan graciosa... Todos por los suelos, con botellas en las manos o con la mitad del cuerpo fuera de un sofá y la otra mitad con el cuerpo en él.

Nadie más se despertó y decidí ir sola a desayunar. Era prontito y se respiraba un aire tranquilo. El hotel estaba practicamente vacío ya que era bastante lujoso y por lo tanto caro pero entre todos podíamos pagarlo, además era en plan locura, no teníamos pensado quedarnos más de una semana pero si nos llegaba el dinero quien sabe.

La gente por los pasillos caminaba como famosos en alfombras rojas lo cual me encantaba y no hice otra cosa que ponerme mis gafas de sol que curiosamente llevaba encima.

Cogí un café con una forma de corazón a base de leche bastante adorable y huevos revueltos. Hacía bastante calor pero el café humeante se agradecía tanto para despejar la mente...

Me senté en la mesa más alejada de los camareros con sus puestos de servicio libre. Era una mesa con dos asientos y me senté en el que podía ver los grandes ventanales que tenía en frente. Mis vistas eran preciosas. Se veía un espacio con hamacas que había fuera junto a una piscina natural que desembocaba en mar abierto.

Terminé mi desayuno y di mi último sorbo. Salí y me tumbé en una de las hamacas.

10:00 am.

No había nadie ni fuera ni dentro del restaurante más que una pareja joven y un turista.

Estaba solo yo con el sonido del mar. Y para cuando quise darme cuenta, JP me daba toquecitos en el hombro derecho para despertarme.

-¿Buen día verdad?

-¡Ey! Me he quedado dormida...

-Están todos en la playa, yo voy a grabar un vídeo, ¿me ayudas?

-Siempre encantadísima. ¿Sobre qué?

-Quería hablar de lo que nos pasó ayer, de toda esta experiencia.

-Bueno, venga -Dije con todas las ganas que pude. No me desagradaba hablar del tema en un vídeo pero me pilló tan de sorpresa que no quería que el sintiese que no quería hacerlo porque en realidad no me importaba.

Ya en su habitación compartida con Chus y Curri, empezamos a grabar.

-... Y aquí estamos con ¡Eli! -Yo respondí saludando con una mano y una gran sonrisa.

-Queremos hablar de algo muy desagradable que nos pasó ayer.

Revivimos la historia, la verdad es que fue peor de lo que pensaba y preferí dejar a JP que se explique ya que el lo hacía mejor que yo. Pero quise participar.

-Para mi ha sido como una pesadilla. Todo pasó tan rápido... Es muy duro vivir esa imagen en la que pegan a tu... a alguien que quieres y no puedes hacer nada para evitarlo. Todo lo que queremos hacer ahora es disfrutar unos días tranquilos. -Alguna lágrima se me escapó y fue imposible para mi detenerla a tiempo.

Fin del vídeo. JP estaba muy contento con el resultado y él era el que entendía sobre eso así que yo estaba contenta también.

Quedamos en cambiarnos e ir a la playa con los demás y así lo hicimos.

Risas, vídeos, fotos. Habíamos comido en la playa y todo. Era por la tarde, el sol se estaba escondiendo y yo me lo estaba pasando en grande, sin duda una experiencia inolvidable. El panorama era muy romántico.

Rubén y yo estábamos en el mar cuando de repente... Sucedió.

La parte de arriba de mi bikini se desabrochó. Era consciente de la situación en la que me encontraba. Corriendo me abracé a Rubén. Los dos sabíamos lo que pasaba y no parábamos de reír.

-Vale, ¿tienes un plan? -Dijo el

-Bueno, no, pero no está en él que todos me vean las tetas -Si tardábamos un poco más en ponerme el bikini, se lo iba a llevar la marea ya que no lo habíamos cogido, así que me di la vuelta en dirección al sol dando la espalda a todos y tapándome con los brazos mientras Rubén se agachaba y cogía el bikini, pero algo mucho peor sucedió.

Una ola me engulló a mi primero y después a Rubén, y a continuación a toda mi esperanza por no salir del mar desnuda.

Esta vez me giré con los brazos aun tapándome pero dando la cara.

-No me digas más -El no respondió, solo comenzó a reirse más fuerte que antes. Me abracé a el mientras me preparaba mentalmente para lo que venía.

Salí del agua con Rubén detrás riéndose. Mángel quiso dejarme su camiseta blanca pero sabemos lo que pasa con las camisetas blancas y mojadas... Así que Alex fue quien me dejó su camiseta negra y a pesar de que el era pequeñito de tamaño, me quedaba bastante grande.

Fuimos al hotel, nos cambiamos y nos pusimos de fiesta. Yo llevaba una falda granate y un top negro.

Bailamos mucho, quizá yo fui la que más bebió y también conocimos a gente. Hice buenas migas con dos chicos pero me di cuenta que ellos querían algo más que yo. Tenía tan poquilla fuerza por las copas de más que llevaba que solo me salió tomármelo a broma e ir a buscar a mi chico pero obvio, no fue tan fácil.

No quería tomarlo como algo serio, solo estábamos de fiesta y quién no se ha encontrado con algún baboso de fiesta.

Después de rato discutiendo con aquellos dos, (nada grave), me di la vuelta y tenía más que claro que sudaba de aquellos dos y no tenía porqué seguir con ellos si no quería. Estábamos apartados pero no lejos de la fiesta por lo que todos mis amigos bailaban sin darse cuenta de nada.

¿Cuál fue mi suerte? Me tropecé gracias a todo lo que había bebido y me caí de morros contra el bordillo de la acera. Sangraba muchísimo. Y gritar de dolor fue todo lo que me salió en ese momento.

El vecino de en frente - Rubius FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora