Capítulo 17.

398 22 0
                                    

El día pasó muy rápido, comimos, compramos, reímos y volvimos a casa.

Después de media hora comiendo lo que para mi era el postre, me puse a ver la televisión. Me quedé dormida unos 10 minutos y desperté porque me había llegado un mensaje:

-Hola guapi

-¿Buen día con tu chico?

-Sobre todo para el, que en un sólo día está con dos

-Que campeón, jajajajajaja

-Si no me crees no tienes más que dar dos pasos y abrir su puerta :)

No joder, no. Iba a explotar en cualquier momento. Mi respiración era muy agitada, tiré el móvil al suelo y empecé a llorar.

Salí corriendo de mi casa. Estaba en la puerta de Rubén. Se escuchaban risas, y cada vez que alguien reía era como una punzada en el corazón. Comencé a dar golpes acompañados ahora por sollozos. Cada vez lloraba más y cada vez daba más golpes. Pasaron unos segundos que se me hicieron eternos hasta que alguien me abrió la puerta, era el. Le dirigí una mirada de tristeza mientras continuaba llorando, el se quedó de piedra pero yo continué mi camino, según entraba veía el salón.

Estaban Alex y Mángel. Me llevé las manos a la boca y empecé a sollozar otra vez. Rubén se acercó a mí, y antes de que me tocase corrí hacia el y le abracé. El me separó con cuidado y me agarró con cariño de las mejillas para poder verme. Me limpió las lágrimas y me abrazó.

-Lo siento, lo siento, lo siento -Dije cerrando los ojos

-Pasa y me lo explicas, por favor

-No hace falta, cuando ellos se vayan avísame y vengo, no quiero molestaros.

-¿Seguro?

-Seguro.

Me separé de el y le dediqué una sonrisa, después hice lo mismo con Alex y Mángel, me devolvieron una sonrisa.

Entré en mi casa, cerré la puerta y cogí el móvil. Estaba hundida. ¿Por qué alguien intenta hacerme daño? ¿Por qué quieren separarme de Rubén? Tantas preguntas sin respuesta me pusieron nerviosa. Mi respiración volvió a agitarse, las lágrimas estaban a punto de salir y volví a recordar las pastillas. Me dirigí hacia la mesa, abrí la pequeña cajita y tomé una pastilla. Después cogí la bolsa de la farmacia donde estaban metidas las pastillas y fui al baño, busqué en los cajones y encontré un pequeño botecito que tengo ahí desde hace tiempo. Saqué todas las pastillas y las guardé ahí ya que es más cómodo que tener que mirar siempre en la bolsa de la farmacia, abrir la cajita y sacar la pastilla.

No estaba segura de si estaba preparada para contarle a Rubén lo que me estaba pasando. Finalmente me decidí: No estaba preparada.

Le mandé un mensaje diciéndole que me había puesto mala, que mejor mañana.

Así fue como día tras día en esa semana, fui aplazando el momento de contárselo.

Eso sí, la peor semana de mi vida, pero no podría aguantar así mucho tiempo.

El vecino de en frente - Rubius FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora