Capítulo 5.

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¡MIERDA!

Hoy hacía un año desde que mi padre murió atropellado y se me olvidó por completo.

Me levanté del sofá, miré el móvil, 7 mensajes de Rubén y todos eran iguales, me preguntaba donde me había metido y que estaba preocupado. 4 de Ro practicamente iguales, otros 4 de Chus y 1 de Alex.

Le mandé un mensaje a Ro:

-Estoy bien, me empezó a doler la tripa y tenía ganas de vomitar, lo siento lo siento lo siento.

Le dije lo mismo a Chus, después le mandé uno a Alex:

Estoy bien guapo, me puse mala de la tripa, ya sabes, cosas de chicas, jajajajajaja.

Me levanté del sofá, me metí en la ducha y al salir me puse un top negro que me dejaba el ombligo a la vista y unos pitillos de cuadros rojos y negros. Me solté el pelo y me lo cepillé.

Fui a la cocina, la mezcla para hacer los dos batidos de chocolates de hace dos días seguía ahí, lo metí todo en el grifo, cogí un zumo de la nevera, le di un trago y me fui al salón.

Llamaron al timbre, comencé a sonreír mientras recordaba como le le escupí a Rubén en la cara. Cogí las llaves y el movíl y aproveché a abrir la puerta ya que me tenía que ir y habían llamado.

Se me quitó la sonrisa de golpe al ver quien era, sin saber porqué.

-Hola Rubén, lo siento me tengo que ir.

Cerré la puerta de mi casa y me dirigí a la escaleras. El me agarró de un brazo y me miró a los ojos.

-¿Qué te pasa?

-Estaba mala de la tripa y me tuve que ir..-Dije mirando al suelo.

-Mira me tengo que ir, lo siento.

-Pues yo diría que estás celosa.

-¿Yo? Ni por asomo.- Le contesté. -Adiós.

-Voy contigo. -Dijo el. Intenté convencerle de que no era buena idea pero no me hizo caso.

Pasamos por una floristería y compré una rosa blanca. Seguimos andando hacia el cementerio. Entramos y era un campo enorme lleno de lápidas, Rubén esperó al lado ya que acababa de darse cuenta de que veníamos al cementerio y no a otro sitio.

-Hola papá. -Dije sentándome en la lápida de mi padre. Jugueteaba con la rosa mientras la miraba y hablaba.

-Cuanto tiempo sin venir a verte, ¿verdad? -Reí en bajito con un nudo en la garganta. -Todo me va bien. A mis amigos les quiero mucho y Rubén... -Una lágrima cayó encima de la rosa. El me miraba atento. -Rubén me ha acompañado y Dan está con la abuela. -Dan era mi hermano Daniel de 6 años, el vivía con mi abuela ya que mi madre no puede ni vernos desde que mi padre murió porque nos parecemos mucho a el. También es alcohólica y no se hace cargo ni de ella misma. -Bubalú está fuerte y sano, me protege como buen pomerania. Bueno y ya sabes, Mamá... -Tragué saliva sin parar de llorar. -Mamá sigue bebiendo. Tengo miedo de que la abuela llame cualquier día y me diga que ya no está, pero no puedo evitarlo, ella no quiere ayuda de nadie... Me tengo que ir pá. Te extraño. -Dejé la rosa blanca soble su lápida, me levanté y fui a abrazar a Rubén.

-No tenía ni idea... -Dijo el.

-Lo sé... Te dije que no era buena idea.

Nos separamos y volvimos a casa los dos.

Entramos a mi casa y me senté en el sofá, el se puso a mi lado y apoyé mi cabeza en su hombro con la mirada fija en un punto.

-¿No vas a decirme por qué te fuiste ayer? -Dijo el.

Le miré a los ojos y le dije:

-Ya te lo he dicho.

-Pero no hay quien se lo crea.

-Pues te quedarás con las ganas.

Me tumbé en el sofá y apoyé las piernas encima de Rubén. Bubalú se subió encima mío y empezamos a jugar.

-Que gordito estás ya, eh Buba. -Rubén nos miraba y se reía. En ese momento los móviles de los dos comenzaron a sonar una y otra vez. Bajé a Bubalú y cogí el móvil.

-¡¿QUÉ?! -Alguien nos había hecho cuatro fotos. Tres eran de cuando Rubén puso su brazo en mis hombros y una de esas tres salía Rubén mirandome la parte de arriba del bikini. En la otra salimos los dos mirándonos a los ojos, yo llora a y estábamos en frente de la casa del terror. Así que eso que sentí era el flash de la cámara, joder. Todo lo que me llegaba a mi Twitter eran insultos. Yo no era youtuber ni nada, pero tenía bastantes seguidores por salir en los vídeos de mis amigos.

Rubén miró su Twitter y a el sólo le llegaban las fotos una y mil veces.

Entonces alguien me envió las fotos que todavía no había visto y una sonrisa salió de mi sin darme cuenta.

-¿Por qué sonríes? -Me preguntó el.

-Porque me hace gracia todo esto. -Mentí. Se ve que a el no le hacía gracia, que estaba preocupado. Los dos aclaramos todo en Twitter y se tranquilizó un poco la gente.

-¿Por qué tan serio? Ni que tuvieses novia que pudiede preocuparse, jajajajaja. -Reí yo.

-Es que...

-¿La tienes? -Pregunté riendo aún.

-No... Pero he quedado con la chica de ayer.

-¿Le has dado tu número Rubén? -Pregunté algo preocupada.

-La llamé al despertarme y hemos quedado. -Me dijo el.

-Ah...

Se hizo un silencio de unos segundos.

-Lo siento Rubén, te tienes que ir.

-¿Por qué? -Dijo en un tono que me hizo reír.

-Estoy ocupada, ya hablaremos. -Dije levantándome y dirigiéndome a la puerta. La abrí, nos dimos dos besos y el se fue. Di un portazo sin darme cuenta y el lo escuchó. Estaba demasiado candada para ponerme a llorar. Le puse comida a Buba y me tumbé en el sofá. Desde ayer en el parque de atracciones no comía nada. Me tumbé en el sofá y cerré los ojos.

¿Por qué cada vez me sentía peor? ¿Por qué estoy celosa sin ser nada? Eran tantas preguntas sin respuesta que rondaban por mi cabeza... Hace mucho tiempo que somos vecinos y nunca había sentido nada igual.

El vecino de en frente - Rubius FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora