𝚃:𝟷 𝙴𝙿:𝚟𝚎𝚒𝚗𝚝𝚒𝚝𝚛𝚎𝚜

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Maratón 1/2

Estaban en la sala de reuniones, conversando sobre lo sucedido e intentando recuperar la calma, Helsinki entro arrastrando el cuerpo inconsciente de Oslo.

- ¡Hombre herido!¡Hombre herido! -grito Helsinki-

Ezeiza fue la primera en correr en su ayuda, tenía una herida abierta en la cabeza, los ojos abiertos y por los restos de sangre en la ropa de Helsinki había perdido mucha sangre. Lo sentaron en el sillón, le vendaron la cabeza y Ezeiza se ofreció a revisarlo.

- ¿Helsinki, que le pasó? -cuestiona Ezeiza-

- Rehenes, fuga, golpe muy fuerte, traumatismo -responde- Denver, tú sabías de fuga ¿Quien rehén hizo la fuga? -cuestiona mirando fijamente a Denver-

En sus ojos se podía ver la culpa, el miedo y el arrepentimiento.

- ¿Quien rehén hizo la fuga? -insiste-

- Arturo. Lo dijo pero no... pero no llegue a tiempo -responde Denver, apenado-

Ezeiza revisó los ojos de Oslo, estaba mal. Sufrió un derrame cerebral, estaba en estado vegetativo. No tenía cura.

- Helsinki, Oslo está mal... -susurra Ezeiza-

- No -niega el serbio-

- Está muy mal herido...

- No, malherido no, solo necesita descansar y medicina -contradice-

- ¿Por qué tiene los ojos abiertos? -cuestiona Nairobi-

- Yo ahora doy Prednisona, antiflamatorios, Heparina y mañana Oslo mejor -susurra Helsinki al cuerpo de su primo- Moscú, Ezeiza, no preocupar... Oslo y yo hemos pasado peores resfriados que estos...

Ezeiza intento no hacerlo, pero no puso contener las lágrimas. Se abrazo al cuerpo se Nairobi quien también lloraba.

Oslo era parte de la banda, aunque casi no hablaba. Todos habían formado una pequeña, rara, disfuncional y retorcida familia.

La mirada de Oslo nunca fue chispeante, pero ahora era la mirada de todos nosotros. Triste y ausente. La esperanza es como las fichas del dominó, cuando una cae, terminan cayendo todas y los rehenes se dieron cuenta de que estábamos jodidos.

Río y Tokio estaban cumpliendo su turno con los rehenes, Ezeiza estaba ahí porque no tenía nada más que hacer. Estaba aburrida.

- Anoche oímos todos los disparos ¿Hay algún herido? -cuestiona la profesora-

Rio la ignoro.

- No me voy a callar -niega levantándose del piso-

Tokio y Ezeiza quienes estaban en la escalera se dieron vuelta a mirarla.

- Siéntese -ordena Río en tono cansado-

- Falta uno de mis alumnos... Pablo Ruíz y quiero saber dónde esta -exige-

- Siéntese -repite el más chico de la banda- ¡Que te sientes! -grito- Tu alumno se ha fugado con un grupo de rehenes, han explotado una carga y han salido al exterior -responde una vez Mercedes se sentó- No tenéis que preocuparos por nadie, están todos bien...

𝐌𝐢𝐥𝐢𝐜𝐢𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora