𝚃:𝟷 𝙴𝙿:𝚍𝚒𝚎𝚌𝚒𝚜𝚎𝚒𝚜

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- ¡Explícame porque no entiendo! ¿Cómo cojones se te ha ocurrido meterte entre medio de los dos Serbios? -cuestiona Nairobi alterada mientras le desinfectaba la herida a Ezeiza- ¿Y a ti cómo cojones se te ocurre pegarle sabiendo que tiene una herida? -le pregunta a Helsinki quien tenía la cabeza agachada, arrepentido de su acción-

- Le estaban pegando a Rio -justifica Ezeiza-

- Ezeiza, nosotros sentirlo mucho -se disculpa Helsinki apenado-

- Mantenganse siempre alertas cerca mío porque como se les ocurra pestañear una sola vez les meto una bala en el medio del orto -amenaza Ezeiza, Nairobi la miro reprochante haciendo que ruede los ojos- acepto sus disculpas, pero no los perdono. Les di una orden y no hicieron caso, desobedecieron a un superior ¿Saben lo que significa eso? -cuestiona, Ambos Serbios asienten- muy bien, así me gusta...

Estaba enojada. Muy enojada con ellos dos. Demasiado enojada. Habían desobedecido a un Soldado Superior, un Sargento. Eso era ilegal y en cualquier otro caso los hubiera castigado, pero no tenía ganas de perder su tiempo.

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- Dijimos que nada de víctimas -Exclamo Tokio entrando en la sala de juntas-

- Tenía un teléfono ¿Que querías que hiciera? ¿Darle unos azotes? -cuestiona Berlín-

- Darle un susto, joder, no matarla -responde Nairobi asombrada- Cortarle una oreja, como en las películas... yo que sé

- Si hubiera dado información a la policía, de cuántos y dónde estamos ahora serías tú la que tendría un disparo -Exclama alterado- pero conservarias tu oreja -añade en dirección a Nairobi-

- ¿Quien disparo? -pregunta Ezeiza, metiéndose en la conversación-

- Denver. Demasiada sangre caliente. -responde tomando un vaso de agua, Ezeiza se frotó la cabeza suspirando pesadamente-

- El profesor ha dicho que no íbamos a derramar nada de sangre, que eran las reglas -recuerda Rio-

- Pues acaba de producirse un cambio con respecto al control de rehenes -menciona Berlín con tranquilidad, haciendo que Ezeiza se enoje cada vez más- ¿Estamos? No sé pongan nerviosos, la opinión pública está de nuestro lado y eso no va a cambiar. Cuando se den cuenta de que falta un rehén, ya no estaremos aquí.

- ¿Lo sabe eso el profesor, ya? -pregunta Tokio de manera burlona- ¿Sabe el profesor que te has saltado la primera puta regla?

- ¿Me vas a hablar tú de reglas? -cuestiona severamente Berlín- ¿Tú qué por tumbarte a ese idiota casi revientas a un poli a tiros?

- Ezeiza se ha follado a Nairobi y a mí,y no te veo en su contra... claro, como tienes la bragueta calentita con ella no dices nada... -contraataca a centímetros de su cara-

Esa fue la gota que derramó el vaso. Ezeiza se levantó como pudo del sillón y se acercó a Tokio empujandola contra la mesa de la sala, cuando estuvo acostada la agarro del cuello y le apunto con el arma en el medio de la frente.

- ¿Sabes cuál es la diferencia? Que vos todos los días estás a punto de matarnos a todos por tu amor hacia la chota de Rio, en cambio lo mío con Nairobi no lo sabía nadie hasta que abriste la boca, pedazo de pelotuda... y en ningún momento arriesgue la vida de mis compañeros por un polvo, Nunca en toda mi carrera mezcle los personal y lo profesional, pero vos sos muy estúpida y no sabes separar las cosas, bolsa de cuernos -exclama Ezeiza entre dientes, Tokio la miraba asombrada por su reacción- Como vuelvas a hablar de mí sin conocerme te juro que te voy a dejar hecha un colador, como vos sabés quién... -susurra en referencia a René, su novio-

Tokio atino a morderla pero Ezeiza fue más rápida, dándole un golpe en la cabeza contra la mesa. Berlín puso su mano sobre su hombro indicando que se calme y eso hizo.

- Hay que llamar al profesor y contarselo -informa Rio descolgando el teléfono, Berlín se lo saco-

- Muchachito -chisteo, Tokio golpeó su arma sobre la mesa-

- Lo llamas, Rio

Ezeiza busco a Nairobi con la mirada para que la saqué de ahí, si seguía escuchando esas discusiones quien iba a cargar un muerto en la espalda está vez sería ella y no Denver o Berlín. Ambas salieron con la excusa de que Ezeiza necesitaba recostarse, fueron despacio hasta el despacho de Nairobi.

- ¿Necesitas algo? -cuestiona Nairobi arrodillándose frente a Ezeiza una vez se sentó, ella asíntio con la cabeza y comenzó a acercar su cara a la de su compañera-

- A vos -susurro sobre sus labios justo antes de besarla- Vení para acá... -ordena en vos baja cuando Nairobi se separó de ella-

Comenzó a bajarle el cierre del mono dejándola en sostén ya que no usaba la remera gris que todos tenían. Nairobi se volvió a alejar.

- Estás malita... -le recuerda, Ezeiza alzó los hombros- pero, mi amor... te va a hacer mal...

- Decime eso de vuelta -pide Ezeiza con una sonrisa idiota, Nairobi la mira sin entender- Ese apodo cariñoso...

- Mi amor -repite Nairobi haciendo que Ezeiza le dé un beso eufórico- ¿Y eso?

- ¡Ay, Dios!¡Te amo tanto que te... no te puedo decir lo que haría! -exclama entre dientes consumida por la ternura-

- Dilo -pide Nairobi, Ezeiza niega- por favor -suplica haciendo puchero y besando el cuello de Ezeiza, su debilidad-

- Te amo tanto que te chuparía todo... -susurra Ezeiza mordiendo el lóbulo de su oreja-

- Debo irme a trabajar, pero prometo compensarte... -comenta Nairobi alejándose de Ezeiza quien se mordió el labio negando con la cabeza-

Nairobi salió del despacho dejando a una muy exitada Ezeiza dentro. Es Emilia nadie deja a Emilia con las ganas, se las iba a cobrar.

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Ya actualicé, no me odies:)

𝐌𝐢𝐥𝐢𝐜𝐢𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora