Maratón 2/2
El plan había empezado a ir como viento en popa. Los rehenes trabajaban con una sonrisa en la cara y la ilusión de algún día recibir en su correo un sobre con un millón de euros.
Que ilusos.
Ya habían empezado a transportar las bolsas de dinero a la cámara acorazada dónde estaba el túnel. El plan estaba remontando.
- Ya es la hora -comenta Moscú viendo el reloj-
- Falta un minuto -contradice Ezeiza-
- Aún falta un minuto para las seis -coincide Berlín-
- Dadas las condiciones ya saben por dónde me voy a pasar vuestra puñetera puntualidad británica
Moscú intento llamar pero el profesor no respondió
- Tercera llamada sin respuesta, esas son 18 horas sin noticias del profesor... -comenta preocupado- ya sabemos lo que significa eso...
Tokio caminaba de un lado al otro.
𝙵𝚕𝚊𝚜𝚑𝚋𝚊𝚌𝚔
- Haremos una llamada de control cada seis horas -informa el profesor-
- ¿Que pasa si no nos llamas? -cuestiona Tokio-
- O si no nos coges el teléfono -agrega Nairobi-
- Tendréis que esperar la siguiente llamada y así hasta completar un ciclo de cuatro llamadas. 24 horas.
- ¿Y si en 24 horas hemos perdido el contacto contigo? -cuestiona Nairobi-
- Entonces, con casi total seguridad... me habrán detenido y me estarán interrogando -responde- Pero no os preocupéis, para eso tenéis a Berlín y Ezeiza que saben cómo sacarlos de allí en caso de que yo no pueda...
𝙵𝚒𝚗 𝚍𝚎𝚕 𝙵𝚕𝚊𝚜𝚑𝚋𝚊𝚌𝚔
- Tampoco sabemos nada de la policía... eso quiere decir que está pasando algo fuera -agrega Moscú- ¿Que hacemos? -cuestiona-
- Mientras tanto seguir con sus obligaciones y esperar que se cumplan las 24 horas -responde Ezeiza con obviedad-
- Exacto -concuerda Berlín-
Ezeiza sabía que se desataría una batalla campal ahí dentro así que prefirió alejarse. Se fue a vigilar a los rehenes, caminar un rato e intentar relajarse, o bueno, lo más parecido a eso que se podía hacer ahí adentro.
No podía negarlo, tenía miedo de que Sergio este siendo interrogado por la policía. El era como su hermano con sus choques y diferentes opiniones, pero su hermano en fin. No podía simplemente dejar que se pudra en la cárcel, ya había abandonado a Martín, pero no lo dejaría a el ni a él ni a Andrés, no ahora.
Una hora después seguía sentada en un pasillo, mirando a la nada. Pensando en cómo había llegado hasta donde se encontraba en ese momento. Había tirado todo por la borda, todo lo que tanto le había costado conseguir lo había hechado a perder.
Tenía un hogar, una mascota, dos carreras, un alto reconocimiento, una esposa divina con la cual compartía profesión, incluso había estado a nada de tener una familia con ella, pero no podía conformarse con eso. El deseo de poder, la codicia y su imagen valía más que esa hermosa vida que tenía.
Aunque lo negara se había enamorado de Alicia, ella era el amor de su vida. Jamás encontraría a nadie que la entienda, respete y ame como lo hacia ella, aunque su relación se basaba en la mentira los sentimientos eran muy reales. Nairobi se había vuelto su cable a tierra, la quería muchísimo pero jamás sería su primer amor, ni mucho menos el amor de su vida. Esa siempre sería aquella colorada de 1.64, cara sería y adicción por las golosinas.
A lo largo de su vida había tenido docenas amantes, pero solo una amada. El amante vive las relaciones con pasión y lujuria, el amado sufre, llora pero disfruta de una relación real y duradera, tal como le había pasado con Alicia.
Maldita Alicia Sierra.
Un chasquido de dedos frente a ella la saco de sus pensamientos, se trataba de Tokio. Le hizo señas para que se siente a su lado y eso hizo, le tendió un paquete de cigarrillos y se prendieron uno cada una, luego de un par de minutos en silencio Tokio hablo.
- ¿Puedo confesarte algo? -cuestiona con la vista clavada en el piso-
- Ajá... -musito Ezeiza-
- No estoy enamorada de Rio, he perdido al amor de mi vida y sé que aunque ame mucho a otra persona jamás sentiré lo mismo por nadie más -confiesa- Yo amo demasiado a alguien pero no es el amor de mi vida...
- Estamos en la misma... El amor de mi vida y yo no estamos juntas, yo mandé todo a la mierda por este plan y aunque amo a Nairobi no se compara con la otra... pero eso no significa que no la ame, porque lo hago, la amo con todo mi corazón... ¿Eso nos hace malas personas? -pregunta-
- Creo que en una vida pueden caber varias, la vida que teníamos antes de este atraco y la que tengamos después son diferentes, así que podemos tener un amor en nuestra vida anterior y uno en la vida que viene luego de esto... Yo tenía el amor de mi vida y ahora amo a otra persona... tú tenías el tuyo y ahora amas a otra persona, no podemos estancarnos en el pasado...
- Perdón -se disculpa minutos después, Tokio la miro sin entender- Yo era conciente de tus sentimientos hacia mí y sin embargo te deje de lado... así que, perdóname...
- Yo aún te amo y sé que nunca podremos estar juntas, pero aún así quiero que me prometas que al menos una pequeña parte de mi estará dentro de tu corazón - pide Tokio-
Ezeiza tomo la mano de Tokio, dejo un beso en su dorso y apoyo la cabeza sobre su hombro.
- Te prometo que una gran parte tuya siempre va a estar en mi corazón, Tokitoki -promete-
Así sería. Una parte de cada uno siempre iría junto a Ezeiza. Eran su familia no se olvidaría de ellos tan fácilmente, es más, era probable que nunca pueda olvidarse de aquella banda de retorcidos.