Todo se está yendo a la mierda, cada vez le doy más la razón a Martin, este plan era una mala idea. No tenía razones para venir, no lo necesitaba pero mi inmenso capricho y necesidad de adrenalina luego de la perdida del amor de mi vida me impulso a eso, ojo, que con esto no quiero decir que la culpa del desastre que se está causando sea culpa de aquella colorada con bonita sonrisa si no que, de ella seguir conmigo tal vez hoy no estaría acá.
La vuelta de Tokio a la fábrica marcaría un antes y un despues, al igual que la tan cercana y predecible muerte del mayor de la banda, Moscú.
Honestamente y siendo sincera por primera vez después de mucho tiempo sin escribir en un trozo simple de papel, tengo miedo. Todo me da miedo, la vuelta de Tokio, la muerte de Moscú, las decisiones irrazonables de Berlín, la perdida de control del profesor, la cercana despedida de Nairobi y el impredecible final de este atraco.
Lo único que me gustaría decir es que pase lo que pase, yo daría mi vida y le pondría el pecho a las balas por cualquiera de esta banda. Agradezco totalmente todo lo que aprendí junto a ellos, si algo me pasa cuiden a Nairobi por mí, que cumpla su sueño.
Ezeiza.
Dejo la lapicera sobre su escritorio, prendió un cigarrillo y guardo ese papel en uno de sus bolsillos, no estaba dispuesta a exponer su miedo ante la banda, eso implicaría inculcarselo a todos y era justo lo que no quería, así que intentaría mantener la calma ante todos.
Intentaría.
Unos golpes en la puerta de su despacho la sacaron de su trance, el cigarro ya se había consumido y la ceniza había quemado un poco de mono, no lo había notado. Tokio vestida de policía la observaba del otro lado de la puerta con una mueca de incertidumbre y un tanto preocupada.
- ¿Que ha pasado? -cuestiona Tokio, Ezeiza tomo una bocanada de aire y suspiro pesadamente para finalmente negar con la cabeza- Venga, dime -insiste-
- Nada, Tokitoki... la falta de sueño me está haciendo mal -mintio prendiendo otro cigarro-
- ¿Otro? acabas de apagar uno... venga, deja eso -se lo saco de la mano y lo apago- estás tensa, relájate... ¿Quieres que te quite el estrés? -susurra sobre el oído de la Argentina intentando meter la mano en la ropa, pero Ezeiza la saco rápidamente-
- Tokio... -nego con la cabeza- la verdad el sexo es la cosa que menos me importa en este momento y aparte, estoy con Nairobi...
- ¿Ahora te importa estar con Nairobi? -cuestiona ofendida-
- Todos tuvimos un pequeño desliz alguna vez y en mi caso fue con vos, pero no quiero que se repita... -responde firme- Tengo trabajo que hacer, así que te pido amablemente que te retires... -pide, Tokio salió dando un portazo y Ezeiza suspiro cansada-
° • ÷ ° • ° • ° • ° • ° • ÷ ° • ° • ° • ° • ÷ ° • ° • ° • ° •
Mientras se dirigía al tunel para ayudar a sus amigos a picar, paso por el despacho de Nairobi, la vio analizar billete por billete mientras una canción que sonaba por la radio.
- Verde que te quiero verde -cantaba la mayor de las mujeres mientras usaba una lupa-
Al sentirse observabada giro la cabeza y se encontró con Ezeiza observandola a la distancia con la sonrisa más dulce que jamás había visto en ella, pero sus ojos estaban apagados. Tristes.