Ya estaban en la última fase: Salir.
Rio, Tokio y Ezeiza pegaban explosivos por las paredes, mientras los otros dos tenían una charla muy acaramelada Ezeiza se preocupaba por qué pasaría si los atrapaban.
Cómo si hubiera invocado un demonio, una explosión se hizo presente, haciendo que Tokio y Ezeiza vuelen a metros de distancia.
— ¡Policía! -grito Ezeiza-
Rio arrastraba a Tokio quien estaba muy aturdida, mientras Ezeiza los cubría con disparos.
— ¿Que coño hacemos? -pregunta Rio-
— ¡Putos escudos blindados! -grito Tokio-
— Hay que disparar a los pies -comenta Ezeiza-
Mientras una oleada de disparos se hacían presentes Ezeiza tuvo una idea. La base de la Browning tenía ruedas.
— ¡Eu, cubranme! -grito Ezeiza-
Uso esa base como si fuese una patineta, cruzando de extremo a extremo sin dejar de disparar a los pies.
— ¡Los cubro! -vocifero la Argentina dando señal para que sus compañeros también logren escapar-
—Si salimos de aquí cuelgo la metralleta, lo juro -comenta Tokio-
— ¿En serio? -preguntaron Rio y Ezeiza al mismo tiempo, asombrados-
— No vuelvo a coger una escopeta ni en la feria -asegura Tokio-
La policía estaba cada vez más cerca, les pisaba los talones. Lo cual la aterraba, pero estaba acostumbrada a esas situaciones de presión, aunque en ninguna se jugaba la libertad.
— ¡Vamos, Vamos, Vamos! -grito Tokio- ¡Hay que alcanzar esa puerta!
— Los quiero -confiesa Ezeiza antes de salir a ponerle el pecho a las balas-
Tokio la siguió y las balas la golpearon, haciendo que caiga al suelo.
— Están detenidas -informa la policía-
— Ezeiza, Río, abajo -ordena Denver antes de disparar contra la policía-
Para sorpresa de todos, Mónica agarro una pistola y disparo hacia la policía dándole más tiempo a sus compañeros a levantarse y escapar.
• ÷ ° • ° • ° • ° • ° • ÷ ° • ° • ° • ° • ÷ ° • ° • ° • ° • ÷
En la cámara acorazada Helsinki terminaba de sacar las bolsas con dinero, Nairobi ayudaba y Ezeiza fue a ver qué todo este bien.
Berlín llegó se imprevisto juro a Ariadna, obligando a todos a irse.
— ¿Chicas, cómo va eso?-pregunta Berlín-
— La trinchera está colocada queda la última tanda de dinero -responde Nairobi- ¡Helsinki! -Helsinki llegó corriendo para sacar las últimas bolsas de dinero-
— ¿Vas a ir por tu hijo cuando sales? -cuestiona Helsinki-
— No -niega Nairobi- de momento no... me he quedado sin plan...
— ¿Y tú, Eze?
— No se, nunca tuve un plan... -responde pasándole una bolsa-
— Podemos compartir piso -propone el serbio-
— ¡Vámonos ya! -grito un acelerado Rio-
— ¡Están en el sótano! -agrega Tokio-
— ¡Vamos, Ya! -vocifero Berlín-