- ¡Esto es un Patriarcado! -grito Berlín frente a la cara de Nairobi-
Ezeiza entro en el momento justo y eso fue lo escucho, miro seriamente a Berlín y decidió no intervenir hasta que la conversación no termine. Luego ya hablaría con el, había un par de cosas que no le estaban gustando.
- ¿Que significa eso? -cuestiona Nairobi-
- Significa que aquí mando yo -responde Berlín alterado- y si no quieres que te pase como a Rio o a Tokio, te aconsejo que te tomes una tila...
Berlín iba a darse vuelta pero no pudo cuando sintió el calibre de Ezeiza apoyado en su nuca y su respiración sobre su oído.
- Yo te aconsejo que te sientes y me escuches -susurra entre dientes-
Berlín acepto a regañadientes, no le gustaba la idea de tener a Ezeiza como mano derecha en casos como estos, en los que el abusaba de su poder, pero era mucho peor tenerla de enemiga. Nairobi la miraba asombrada, era la primera vez que veía que se ponga en su contra.
- Acá mandas vos, bueno, hasta cierto punto... ¿Te acordás lo que dijo el profesor? -cuestiona, Berlín negó con la cabeza- "Si a Berlín se le va a olla, tu eres la responsable de todo, manténlo con los dos pies en la tierra y si no puedes, toma el control" -repite- Te voy a dar un consejito como amiga, relájate o te vuelo la cabeza y me hago cargo yo de todo esto...
Berlín la miraba atónito, eran casi nulas las veces en las que Ezeiza se había puesto en su contra. Siempre estaba de su lado, eran un equipo exelente junto a otros compañeros pero por lo visto esta vez no sería así..
- Desaparece de mi vista -ordena dejando de apuntar-
El se levantó y salió de la sala dando un portazo.
- ¿Estás bien? ¿Te hizo algo? -cuestiona Ezeiza cuando Berlín salió-
- No, no me ha hecho nada... ¡es un puto loco, psicópata de mierda! -exclama Nairobi dejándose caer sobre una silla-
- Te noto muy tensionada -susurra Ezeiza haciendole masajes en los hombros a su amada- ¿Querés que te libere el estrés? -se acercó lentamente al cuello de Nairobi y mordió el lóbulo de su oreja-
- Me encantaría pero tengo que jugar a la enfermera con Rio...
- Enfermera... mi fantasía sexual más grande, junto la policía y la monjita... -comenta de forma pícara, Sabía que Nairobi no podía resistirse a eso-
La mayor de ambas se levantó de la silla, tomo la mano de su compañera y salió lo más rápido que pudo de la sala de reuniones. Llegaron al despacho de Ezeiza, en el que había un sofá.
- Uno rapidito que tengo que volver a trabajar -advierte Nairobi antes de besar a Ezeiza con desespero y necesidad-
la Argentina correspondido con gusto, sacándole el mono a Nairobi, pero está se negó agarrándola de las caderas para alzarla y subirla a un escritorio, del cual tiraron todos los papeles y cosas que habían al suelo.
- Está vez me toca a mí -informa succionando uno de los pezones de Ezeiza- bajate las bragas -ordena sin alejarse, Ezeiza lo hizo como pudo para no separar su boca de la su compañera-
Cuando tuvo el mono y la ropa interior a la altura de los tobillos, Nairobi se arrodilló frente a ella, separando lentamente sus rodillas dejando al descubierto su intimidad que estaba notoriamente mojada y palpitante en una búsqueda incansable de placer. Nairobi hizo la señal de la cruz y Ezeiza frunció el ceño.
- Estoy a punto de entrar al paraíso, sería pecado no santiguarme antes -explica-
Primero dió una pasada rápida con su lengua humedeciendo aún más su entrepierna, Ezeiza mordió sus labios cuando sintió que la lengua de la mayor volvía a su intimidad. A falta de una liga de cabello enredó su mano en el pelo de la contraria levantando su cabello en una cola de caballo. Nairobi puso todo su empeño en ese trabajo, con su lengua empujaba lentamente en su apertura a modo de penetración lo cual enloquecía a Ezeiza.
- Estoy viendo las puertas del cielo... -jadea Ezeiza tirando la cabeza hacía atrás-
Al escuchar eso puso todavía mas empeño, sin retirar su lengua introdujo dos dedos dentro lo que hizo que Ezeiza muerda fuerte sus labios para no hacer ruido, minutos después llegó a su orgasmo y Nairobi se encargo de absorber todos los fluidos que salieron de, quien ella concideraba, el amor de su vida.
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Ezeiza estaba demasiado tranquila paseando por la fábrica después de haber dormido una siesta, ese polvo con Nairobi la había dejado cansada, cuando escucho un disparo. Nairobi apareció corriendo y le guío hasta el deposito.
Berlín estaba apuntando a Rio, según lo que le había dicho Moscú, el había contado toda la verdad sobre los rehenes y desafío a Berlín, pero jamás creyó que llegarían a tanto... o bueno, si, pero esperaba que Berlín no haha ninguna locura más.
- Berlín, tienes una llamada esperando Cariño -informa Nairobi-
El profesor había llamado. No estaba detenido.
O bueno, si lo había estado pero no por las razones que todos creían.
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Perdón, es muy corto.
¿Alguna idea, sugerencia, crítica o comentario?