Capítulo 2: The Fight For Harry Potter

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Severus observó la pelea con atención, mucho más de lo que solía hacer, ya que siempre se aburría en esas cosas. Por desgracia, si quería luchar contra ellos, tendría que conocer sus puntos débiles. Dónde los estaban hiriendo y con qué, por si acaso lo llamaban a él después. Iba a ser una gran batalla si quería asegurarse de tener a Potter para él. Sabía lo que esperarían, y la idea le revolvía el estómago. No sólo porque odiara al chico, no, era su alumno. Tenía sentido de la moral aunque los idiotas que tenía que aguantar en esas reuniones no lo tuvieran. No tenía ninguna duda de quién ganaría, puede que Lucius estuviera debilitado tras su estancia en Azkaban, pero era más poderoso y sabía más magia que Nott. Nott se conformaba con lo que sabía, hacían lo que a él le gustaba que hicieran y punto. De hecho el idiota probablemente no había abierto un libro desde su séptimo año en Hogwarts. Su hijo Theodore era diferente, era un ávido lector.

Severus hizo una mueca de simpatía cuando cierto hechizo golpeó a Nott, en realidad no le importaba si el hombre vivía o moría, pero ser golpeado con ese hechizo en esa zona, bueno, ¿quién podía culparlo por hacer una mueca? Todos los demás habían hecho lo mismo; una bota invisible que te diera una patada entre las piernas sería insoportablemente dolorosa. Bellatrix, por su parte, se reía a carcajadas, saltando en su lugar junto al Señor Tenebroso. La forma inconsciente de Harry Potter estaba a menos de un metro de ella. Su hermana estaba a un lado, observando todo, con la preocupación brillando en sus ojos, a pesar de su rostro carente de emoción. A Severus le sorprendía, incluso hasta el día de hoy, cómo podía amar a un hombre así. Era frío, calculador y había reducido su vida a esto. Oh, lo peor era el hecho de que su ahijado Draco estaba destinado a convertirse en un mortífago. Draco no tuvo la oportunidad de elegir, su camino había sido fijado para él en el momento en que nació. Hasta ahora había estado a salvo, pero en el momento en que se graduara en Hogwarts... temía lo que sería del inocente niño que había tenido en sus brazos todos esos años.

-RINDETE-, retumbó Lucius, de pie junto al cuerpo de Nott, que temblaba y gemía de agonía. Debería haber sabido que no debía enfrentarse a Lucius Malfoy.

Nott utilizó la manga para contener la sangre que le salía por la nariz, mientras se ahuecaba la virilidad aplastada preguntándose si el dolor cesaría alguna vez. No estaba en condiciones de continuar, tenía la pierna izquierda rota y una maldición cortante le había golpeado en el hombro derecho, que también rezumaba sangre con demasiado celo. El mareo empezaba a afectar a sus funciones de cerebro a boca. -Sí-, consiguió decir.

Lucius sonrió triunfante, volviéndose a mirar al Señor Oscuro, deleitándose con el orgullo que veía en el rostro de su Señor Oscuro. Ni siquiera parecía importarle que a su esposa le hubiera gustado un poco de tranquilidad. Sólo había una persona real de la que Lucius se esforzaba por obtener aprobación, que era el hombre de los ojos rojos, que sonreía con locura. -¡Crabbe llévalo al laboratorio de pociones, límpialo!- se refería por supuesto a Nott, y Crabbe era al menos lo suficientemente inteligente como para darse cuenta de ello.

Con la ayuda de Crabbe, Nott salió cojeando de la habitación gimiendo de dolor. Unos cuantos que habían estado muy dispuestos a luchar por Potter... de repente ya no querían hacerlo. Walden Macnair se fundió de repente en el fondo. Parecía que sólo podía enfrentarse a bestias peligrosas ya sometidas y matarlas. Severus se dio cuenta de que sólo había unos pocos más, se tensó listo para ser llamado. Bellatrix era la favorita del Señor Tenebroso, sin duda la llamarían la última, así tenía más posibilidades de salirse con la suya. Lucius había fracasado en su última misión; por eso el Señor Tenebroso le había hecho ir el primero. Había una razón detrás de absolutamente todo lo que hacía el Señor Tenebroso. Por eso, Severus se sorprendió bastante con la siguiente decisión del Señor Tenebroso.

-Bellatrix-, entonó Voldemort, disfrutando sádicamente de la mirada pálida de Narcissa y del rostro indignado de Bellatrix. Obviamente no esperaba que la eligiera a ella, la verdad es que el Señor Tenebroso quería que ganara Snape. Siempre era muy... creativo cuando quería. Hay que reconocer que hacía mucho tiempo que no tocaba a nadie, esta era la primera vez. Si alguien odiaba a Harry Potter tanto como él, era Severus Snape. Era bastante divertida la forma en que escupía el nombre del chico mientras daba sus informes.

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