Capítulo 63

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Severus no podía decir que se sorprendió cuando la tarde siguiente a la "desaparición" de Harry fue llamado por el Señor Tenebroso exigiendo respuestas. Para cuando regresó a Hogwarts... estaba muy adolorido y después de consumir sus pociones, estaba fuera de combate, lo que le impedía visitar a Harry en la cámara. No permitía que su marido viera el estado en el que se encontraba debido a su "desaparición" por así decirlo. Sabía que, independientemente de lo que dijera, sería otra culpa que Harry acumulaba sobre su persona. Con él tan avanzado su embarazo no iba a permitirlo.

Lo que más le dolía era perderse el último mes de embarazo de Harry, y el riesgo que conllevaba perderse el nacimiento. Lo tuvo en mente constantemente todo el día, muy consciente de que un mes pasaba a cada respiración que hacía, con Harry en la burbuja del tiempo.

Harry estaba mucho más seguro de sí mismo estos días, después de tener a alguien en quien confiar de verdad, en quien apoyarse en momentos de gran incertidumbre. Entre él y los fundadores, así como sus amigos, estaba seguro de que la confianza de Harry se había disparado, ya no ponía una fachada de seguridad, sino que realmente la sentía. Bien podía tener algo que ver con la edad, Harry ya no era un adolescente inseguro, era un mago adulto en toda regla, pronto llegaría a los veinte años aunque el mundo mágico lo siguiera considerando de diecisiete.

-¿Alguna novedad Severussss?- llegó la voz siseante del Señor Tenebroso señalando al Maestro de Pociones y Profesor de Pociones del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.

-No, mi señor-, murmuró Severus servilmente, mientras apenas se abstenía de apretar los dientes. Por alguna razón, el Señor Tenebroso tenía la paranoia de que se trataba de una jugada contra él y buscaba respuestas. Tanto que lo único que hacía era enviar a sus mortífagos a buscar a Potter y traerlo vivo. -Nadie en Hogwarts ha visto o sabido del mocoso-, sólo habían pasado veinticuatro horas. Nadie en la historia del mundo había tenido una búsqueda tan masiva de él, entre mortífagos, aurores y todo el mundo dentro de Hogwarts, habría sido hilarante si no fuera tan condenadamente triste.

Estaba muy agradecido de que su marido estuviera a salvo.

-Me resulta difícil de creer, Potter es muy amigo de Granger y Weasley-, dijo Lucius, mirando con desprecio a Severus, haciendo todo lo posible por redirigir la ira del Señor Tenebroso hacia otra persona, tratando de ahorrarle a Narcissa el horror de que volviera a casa torturado. -No creo que el chico esté a más de un kilómetro de su ubicación-.

Severus miró fijamente al Señor Tenebroso, sin dedicarle siquiera una mirada a Lucius. Estaba en lo cierto, por todas las razones equivocadas. No es que se vaya a enterar de eso, por supuesto. -Granger y Weasley están demasiado asustados y preocupados como para fingirlo, Weasley es demasiado emocional como para poder mentirle a alguien, y mucho menos a mí-. Replicó Severus, absteniéndose a duras penas de poner los ojos en blanco. -Se han unido a las búsquedas de él, una pérdida de tiempo, el mocoso no está en Hogwarts- disculpándose mentalmente con su marido. Francamente se estaba cansando de tener que repetirse tanto. No es que importara cuántas veces se repitiera, el Señor Tenebroso sólo buscaba a alguien con quien desquitarse de su sombrío humor, y resultaba que eran ellos los que sufrían.

Sólo quería ver a su marido y asegurarse de que todo iba bien con su hijo. Todo lo que tenía para saciarlo eran las cartas que aparecían al azar, a veces tres veces al día, a veces sólo una. Esas cartas eran un salvavidas, eso y los fundadores que le contaban el día de Harry y lo que estaba haciendo.

Nada de esto se reflejaba en el rostro de Severus, que mantenía su escudo de oclusión a pleno rendimiento. Todos los recuerdos de Harry y de él estaban a salvo en su palacio de la memoria, manteniéndolo a salvo incluso si algo le ocurría a sus escudos mentales. Si lo descubrían como espía, quería asegurarse de que el bastardo no sacara mucho de él. O peor aún, que obtuviera alguno de los planes de Harry.

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