Capítulo 49

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-¿Harry? ¿Qué estás haciendo aquí?- Cuestionó Fred, la sorpresa revoloteando por su rostro, tardó unos segundos en darse cuenta de que sí, y que Hogwarts estaba efectivamente en sesión. Harry debería estar en Hogwarts al igual que Ron y Ginny para el caso. -¿Decidiste irte antes de tiempo? ¿Nos ves como modelos a seguir?-, se burló hinchando un orgullo fingido.

Harry sonrió y negó con la cabeza; nada los deprimía, ¿verdad? Incluso en medio de la crisis de la posible pérdida de la Madriguera siempre encontraban la manera de sonreír y hacer que los demás se olvidaran de sus problemas por un breve tiempo. -He venido a verte, en realidad-, contestó, reflexionando sobre si debería haber discutido esto con Sev primero. Era un poco tarde para eso; tendría que conformarse. -¿Qué pretendes?-, haciendo un gesto hacia la caja que estaba vaciando como si no tuviera ni idea. Por pura curiosidad morbosa sobre si realmente le dirían algo. Probablemente no, al igual que Ron el resto de los Weasley eran bastante orgullosos, con algunas obvias y notables excepciones.

-Hmm, oh, nada, ¿qué necesitabas?- Preguntó Fred, con verdadera curiosidad por saber qué había hecho que Harry saliera del colegio para verlos.

-¿Qué tan cerca estás de perder la Madriguera?- Cuestionó Harry, sin siquiera fingir, Fred se estremeció ante las palabras, lo que tocó una fibra en Harry, esto no era justo para ellos en absoluto, y completó su deseo de ayudarlos. -¿Cuánto de tu dinero piensas entregar?-.

-Eh... todo-, Fred parpadeó rápidamente, -¿Cómo lo has...?-.

-Se lo saqué a Ron; está tan preocupado como todos ustedes peor me imagino ya que no puede hacer nada para ayudar y se siente inútil-. Contestó Harry paseándose por allí, -no te di mis ganancias de los Tresmagos para ver cómo te comprabas una tienda sólo para que te la quitaran-, al fin y al cabo tenían que pagar el alquiler tanto de la tienda como de su piso y necesitaban dinero para las provisiones.

Fred tragó saliva, ese era su peor temor, pero tenían que ayudar a sus padres, sí, incluso a su madre, a pesar de que le daba bastante asco. -Tenemos que hacerlo-, respondió casi entrecortado, esto los estaba matando literalmente pero tenían que hacerlo.

-¿Todos ustedes tienen siquiera lo suficiente para cubrirlo?- Preguntó Harry, pensativo.

-No lo sabemos, todos estamos sacando lo que podemos para intentarlo-, dijo Fred en voz baja, deslizando el cajón de la caja registradora para cerrarlo, frotándose la cabeza donde estaba el dolor de cabeza que le latía. Su padre había sonado tan avergonzado de admitirlo ante ellos que estaba a punto de perder lo único que tenía a su nombre, su casa. Puede que no parezca ni sea gran cosa en comparación con otras familias, pero para ellos siempre sería su hogar.

-Mira, sé que tu orgullo y tu terquedad van a querer decir que no a esto, pero te daré la cantidad para cubrir lo que Arthur debe-, dijo Harry después de unos momentos de silencio, -La única condición es que se pague a plazos, y que sólo devuelvas lo que te entregué, obviamente no incluirá las ganancias que obtenga de la tienda. Sin embargo, preferiría que no se lo contaras a nadie, no me imagino que a tu padre le parezca bien la idea, sobre todo con la culpa que ya alberga por lo que pasó-, no necesitó dar más detalles ni decir su nombre para que Fred lo entendiera. -Aunque entiendo que no tengas otra opción-, añadió de mala gana, sabiendo que los demás se darían cuenta de que algo estaba pasando, eran demasiado listos.

-No podemos hacer eso, Harry-, dijo Fred con obstinación. -Esta no es una carga que debas soportar, nuestra familia ya te ha hecho bastante-, añadió con amargura.

-¿Así que prefieres perder tu tienda, tu apartamento y acabar de nuevo bajo el techo de tu madre? ¿Desempleados, sin dos Knuts para frotar? ¿Cada uno de ustedes arruinado más allá de su capacidad?- Harry señaló la alternativa con la esperanza de llegar a Fred. -¿Que tu madre te diga que tenía razón y que no podías hacerlo?-.

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