Capítulo 64

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La sonrisa de Harry se convirtió en una mueca y, sin quererlo, un gemido de dolor salió de sus labios. No estaba seguro de lo que ocurría exactamente en su estómago, pero le dolía mucho. Teniendo en cuenta todo lo que había pasado; era mucho decir que le resultaba increíblemente doloroso.

-Tranquilo-, murmuró Severus suavemente, frotando un punto específico del estómago de Harry, lo que hizo que un suspiro de dulce alivio recorriera a su marido. -No cierres el vínculo-. Le advirtió, una vez más, sabía que Harry lo hacía para evitarle experimentar ese dolor... pero era un dolor que quería experimentar. Había pasado por cosas peores en su vida, podía soportarlo, el dolor compartido era mejor que soportarlo todo él.

-Oooh, eso se siente bien-, dijo Harry, arqueando su cuerpo más arriba, tan lejos como podía, lo cual no era muy lejos en estos días.

-Poppy llegará pronto-, prometió Severus, permitiendo que Harry se pusiera cómodo y se extendiera sobre el pecho de Severus. El "saco" que contenía a su hijo empezaba a deteriorarse, la magia disminuía, de ahí el dolor, un aviso de su inminente paternidad. -¿Dónde está Lupin?-.

-Durmiendo, no quería despertarlo, me ha estado cuidando muy bien-, le dijo Harry a Severus, sintiendo que la culpa y la autofrustración envolvían su vínculo. -Hemos hablado mucho... sobre mis padres, ha sido agradable. Creo que lo necesitábamos-, tratando de apaciguar la culpa de Severus. Literalmente se había acostado hace una hora, era muy temprano aquí, pensó Harry, pero con lo mucho que dormía podía estar totalmente equivocado.

-¿Lo hizo?- Murmuró Severus, no tan sorprendido como debería haber estado. Se lo había sugerido a Remus, pero no estaba seguro de que se animara a hacerlo pronto. Había sido muy injusto que Harry se perdiera los cuentos sobre sus padres por su dolor, no se lo merecía. Ahora no tenía necesidad de atesorar los pocos retazos de información que había tenido sobre sus padres en el pasado entre lo que Severus pudo contarle sobre su madre y, por supuesto, los relatos de Lupin sobre sus padres.

-¿Severus? ¿Harry? ¿Qué diablos está pasando y dónde estamos?- preguntó Poppy, mirando a su alrededor con total desconcierto. Un Elfo doméstico había interrumpido su limpieza del ala del Hospital y la había transportado hasta aquí sin decir nada. -¿Sabe que tiene a todo el mundo buscándole, señor Potter?-, su disgusto haciéndose notar.

-Poppy... Harry está embarazado y se prepara para dar a luz en este mismo momento-, le explicó Severus con calma, los portadores masculinos no se redondeaban mientras estaban embarazados. No como lo hacían las brujas cuando estaban embarazadas, simplemente parecían tener una especie de barriga cervecera. El "saco" se expandía, por así decirlo, a medida que el bebé se iba gestando, en su interior. Estaba diseñado para proteger al bebé y al portador.

-¿Es qué?- Poppy se quedó boquiabierta, mirando a Harry como si nunca lo hubiera visto antes. -¿Y tú eres...?-, su desaprobación era clara.

-Están unidos, Poppy. Recuerda que Harry ya no tiene sólo diecisiete años-, le ordenó Helga a la sanadora, muy desaprobada por su abrupta censura a la situación que se vivía. Estaba juzgando a Severus y a Harry, personas a las que apreciaba mucho y a las que no quería ver perjudicadas.

Poppy se sonrojó, aclarándose la garganta, para ser justos, había olvidado lo que le habían dicho. Harry no había acudido a ella para que le hicieran ese chequeo y sólo lo había visto todavía un poco delgado para su gusto. Sin embargo, ahora podía verlo con claridad... y había engordado considerablemente, y parecía más sano y feliz de lo que lo había visto antes. Debía de ser un glamour infernal. -Mis disculpas, Severus, Harry-, murmuró ella, con la cara roja, -necesito...-

-El botiquín de Madam Pomfrey-, dijo Dobby, chasqueando los dedos y todo lo que Poppy necesitaría apareció ante ella.

-Todo está bien, Poppy-, sin ofenderse, sinceramente, ella no le importaba lo suficiente como para que le importara su censura. Ahora mismo, lo único que le importaba era que ella diera a luz sana y salva a su hijo y al de Harry, y que cuidara de su vinculado.

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