LET ME GO / JAKE

18. Evento

— No te la voy a dar.

— ¿Por qué no? —Fruncí aún más el ceño, intentando quitarle la polaroid de sus manos mientras este se apegaba contra su escritorio ocultándola.

— ¡Por que no estás sobria y la puedes perder! —me contestó Jake, tajantemente. Y Sí, aún seguíamos peleando por la polaroid en la media hora que llevábamos dentro de su habitación.

— No es como si estuviera completamente borracha, solo exageras. —Empujé su pecho con mis manos ligeramente molesta, haciendo que este se sorprendiera.

— ¿Cuando te volviste tan agresiva?

— ¡No me iré de aquí hasta que me des la foto! —Le grité y corrí a tirarme sobre su cama, decidida a no moverme de ahí.

— Mejor, no quiero que te vayas. —Sonrió oscuramente, comenzando a aproximarse peligrosamente a mí por lo que agarre una de sus almohadas, tirándosela—. ¡Oye! —protestó, atrapando mis caderas entre sus garras mientras trataba de escapar de él vergonzosamente.

Llegué a poner mis pies en el suelo, pero Jake me devolvió nuevamente a la cama en cosa de segundos, pegándome de vuelta con la almohada.

Tras la golpiza no me moví y me quedé rígida en mi posición, con el cabello sobre mi rostro y mis manos alzadas sobre la cama cómicamente, hasta que el rubio quitó la almohada de mi rostro para asegurarse de que no me hubiera lastimado realmente.

Se posicionó sobre mí peligrosamente y sintiéndome víctima de los nervios, lo corrí a un lado bruscamente.

— No seas arizca con tu amigo, dame cariño —me regañó, jalando mi ropa hacía él con sus fuertes manos.

— ¡Nunca!

Jake soltó una risita, atrapándome nuevamente entre sus fuertes brazos.

Nos quedamos en esa posición y me empezó a contar como es que Sunoo le había teñido el cabello hace algunas horas mientras yo, trataba de no parecer nerviosa por lo cercano que estaba a mí.

Llego un momento en el que ya se me hizo normal y me pude relajar. Nos quedamos hablando en su habitación hasta quedarnos dormidos y no volví a abrir los ojos hasta el día siguiente.

Cuando desperté, noté que Jake todavía me tenía bajo su agarre. Yo no tenía ganas de moverme en ese momento, aun tenía sueño y me dolía algo la cabeza, por lo que me quedé mirando el techo por varios minutos sin hacer absolutamente nada.

Podía sentir su respiración cercana a la mía. Cercana  a la sensibilidad de mi cuello y su aroma cálido llegar hasta mi nariz, cuando soltó una especié de quejido, provocando que llevara mi mirada hacía él con curiosidad.

Saco las manos de mi alrededor y se las llevo a su cabeza, suspirando com pesar.

— ¿Jake? —murmuré y esté abrió sus ojos, encontrándose con mi mirada sobre él.

— Desperté algo mareado, pero es por las pastillas... —explicó y no dije nada. Lleve una de mis manos hacía su cabello y le hice cariño, vacilando en un principio si era buena idea hacerlo. Jake ante mi acción saco sus manos y me observo, ligeramente extrañado.

— ¿Así te duele menos? —pregunté y él sonrió, negando.

Entonces quite mi manos, pero Jake las volvió a poner sobre su cabello.

— No sirve, pero me gusta.

Asentí sonriendo con algo de vergüenza.
Jake cerró los ojos por unos segundos, solo abriéndolos para inclinar su rostro al mío y depositar un rápido beso sobre mi tibia frente.