Alice es una chica inteligente quién siempre ha mantenido un bajo perfil en su vida social. Se cambia de escuela obligada por su hermano mayor tras el acoso que sufría ahí. Tan acostumbrada a estos tratos por parte de los estudiantes, no le sorprend...
Cerré el casillero de golpe palideciendo al ver la sonrisa macabra de Ni-ki.
— Lo puedo explicar.
— No, no puedes explicar lo obvio...—Suspiró, fingiendo pesar momentáneamente—. ¿Sabes? Suena loco, pero tú con ese chico rompe corazones no hacen tan mala pareja.
El rubio asintió entrecerrando los ojos manteniendo su juguetona sonrisa.
— Tranquila, no te voy a juzgar. Si tú eres feliz, yo también lo soy. —Me dió un empujoncito con el brazo y mordí mi labio sintiéndome derrotada.
No iba a tratar de discutirle, sabía que sería en vano.
Igualmente, no estaba segura. Era extraño, todo había cambiado tan rápido entre nosotros que ya no sabría como explicar ese "algo" que teníamos, pero era agradable.
Comenzaba a gustarme pasar tiempo con Jake. Tanto así, que hasta me había comenzado a molestar cuando se acababan las clases debido a que eso solo significaba aburrirme en casa.
— Alice.
Unas manos venosas que reconocí al instante rodearon mi cintura.
— Uhm... Se me está haciendo tarde ¡Nos vemos! —Ni-ki se perdió en el pasillo de un segundo para otro dejándonos solos.
Jake lo quedo mirando curioso para luego ponerse al frente mío manteniendo sus manos en mi cintura sin importarle ni un poco las miradas que se ganaba debido a esta acción.
— Dame tu número, necesito tenerlo.
— ¿Para qué? —pregunté bruscamente, sorprendiéndome un poco de mi misma.
Jake alzo una ceja, sonriendo a medias.
— ¿Para que más, Alice? Se lo pedí a tu hermano pero no quizo dármelo. —Puso una mueca al recordarlo.
Llevé con torpeza mi mano al bolsillo para sacar mi celular el cual Jake tomó rápidamente. Se agregó como contacto y alcancé a ver cómo se enviaba un mensaje.
— ¿Qué haces? —Baje su mano para que me dejara ver, pero esté apago el celular al instante.
— Perfecto. —Me lo devolvió para luego acariciar mi cabello en forma de despido e irse como si nada.
Lo seguí con la mirada algo confundida. Prendí mi móvil para ver el mensaje, frunciendo rápidamente mi mirada.
Mi amor <3
— Nos vemos en la cafetería.
Apague el celular inmediatamente ocultando mi sonrisa nerviosa. Estaba loco.
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