13. Sudadera

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Narra Jake

Entre al salón recibiendo más miradas de lo normal.

— ¿Ni-ki, verdad? —Miré al amigo de Alice y esté asintió dándome una mirada de recelo—. ¿Has visto a tu amiga?

— No, y sí la hubiese visto, igualmente no te diría —respondió cortantemente y fruncí el ceño sorprendiéndome por su actitud.

Vaya idiota con complejo de protector, pensé.
Me fui a mi asiento ardido, cuando me di cuenta de lo que acababa de hacer. ¿Acababa de preguntar por Alice Lee?

Oh mierda.

Había dejado de hacer las cosas que solía hacer antes por estar pensando en ella. Sin embargo, debía de admitir que me gustaba hacerlo, era más entretenido y excitante de lo que pensé que podría ser.

Entonces, sentí una mirada reposar sobre mí y alce mi mirada, viendo a la chica rubia sentada al frente mío. La chica de la fiesta.

— ¿Te puedo ayudar en algo? —Le sonreí y esta me devolvió una sonrisa llena de seducción. Se levantó de su asiento  y se acercó a mí, sentándose con confianza sobre mi regazo.

— Sí. ¿Me regalarías un beso?

La quedé mirando, dudando por primera vez. El recuerdo de Alice se había metido dentro de mi cabeza y de repente sentía que era incorrecto.

La chica se acercó a mí buscando mi rostro, pero ladeé la cabeza a un lado, sonriendo a medias.

— Creo que no te podré ayudar en eso —hablé secamente.

— Vamos, sé que tú también lo quieres —Tomó de mi mentón, volviendo mi rostro hacía el de ella—. ¿Ya olvidaste la fiesta?

— No, la verdad es que no quiero —La miré decidido, pero de igual forma me besó. La sorpresa fue lo de menos y al instante la alejé, sintiéndome completamente fastidiado.

— ¿Qué pasa? —Se río ante mi reacción.

— Mierda ¿Qué no me oíste? —La quité de encima mío y desvíe mi mirada hacía la entrada del salón, encontrándome repentinamente con los ojos de Alice sobre la escena.

Sostenía mi sudadera entre sus manos, las cuáles se movieron con inseguridad tras lo presenciado por su rostro el cual ahora tenía una expresión indescifrable en el.

Rápidamente sentí mi cuerpo tensarse. Mi corazón latió con fuerza y tuve la intención de levantarme e ir tras ella para explicarle, pero Alice salió del salón antes de que pudiera siquiera llamarla por su nombre.

— ¿Holaa? —volvió a llamar mi atención la chica rubia y me volteé a verla.

— No vuelvas a tocarme en toda tu puta vida —solté, yéndome de ahí sin antes pasarla a llevar.

Juró que sí hubiera sido un maldito chico hubiéramos acabado en golpes.

Salí del salón completamente cabreado por el incidente, aún buscando con la mirada a Alice entre los estudiantes con la esperanza de que siguiera allí, pero ya era demasiado tarde.

LET ME GO / JAKE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora