Compañero de habitación

69 9 8
                                    

Se sentía extraño tomarse de las manos, pero de alguna forma se añoraba el sentimiento de caminar con alguien de esa forma.

Intentar buscar los mismos sentimientos del pasado con una persona nueva quizás podía sonar sencillo, sin embargo dolería a largo plazo, nada se compararía, nada se reemplazaría, nada se pretendería.

Una notificación hizo vibrar el celular del más alto, sacándolo de su pantalón y observando la pantalla durante unos segundos, era un mensaje de Konoha.

— ¿Qué mierda...? – musitó Kenma, observando el fondo de pantalla del chico.

Era aquella foto que tomó ayer por la tarde, Kenma junto al hermoso cerezo.

— ¿Te lo dije no? No quiero sólo pretender ser una pareja.

— No es eso...

— ¿Entonces?

— Olvídalo.

Kenma guardó los pensamientos que transcurrían en su interior, de alguna forma se sintió nuevamente amado, sintió esa atención que no recibía hace meses desde la partida de Kuroo.

Akaashi respondió el mensaje de texto, para después regresar su atención al de baja estatura.

— Kenma, se mi compañero de habitación.

— ¿Qué?

— Lo que acabas de escuchar, Ken-chan.

— Creía que Konoha-san era tu compañero de habitación.

— Konoha acaba de comunicarme que acaba de cambiarse de habitación con su novia, Yukie-san. Además, me sentía mejor solo estos días a tenerlo en la habitación.

— ¿No te agrada Konoha-san?

— No me malinterpretes, aprecio a Konoha, sin embargo me sentía mejor en soledad.

— Si te sientes mejor solo, ¿Por qué me pides ser tu compañero de habitación?

— Kenma, tu compañía es lo único que quiero ahora.

Kenma desvió la mirada al suelo, algo confundido por estas palabras.

Sí, se suponía que eran "pareja", pero no habían sentimientos de por medio.

Aún así, cada palabra o acción del ojiturquesa se sentían extrañas, con cierta calidez.

— Bien, seré tu "roomie" – dijo con un tono sarcástico esta última palabra, cosa que hizo reír al contrario.

— ¿Tendremos sexo en la habitación?

— ¡¿Qué-Qué?! Idiota, no.

Akaashi soltó una pequeña risita, golpeando ligeramente la espalda del chico. — Sólo bromeaba.

— Si quieres que sea tu roomie tendrás que aceptar ciertas de mis reglas y aguantarme.

— Uh, ¿Me dominas?

— Solo si estás dispuesto a aceptarlo.

— Bien, dime que reglas.

— Tendrás que ayudarme a transportar todo mi equipo gamer de mi habitación a la tuya, tendrás que soportar mis gritos cuando pierda partidas, así como jamás prohibirme jugar, si se te ocurre tocar alguno de mis videojuegos o consolas eres hombre muerto.

Nuestro florecer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora