Flores de cerezo

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Ambos caminaban por el pasillo de la universidad, callados, mirándose de reojo una que otra vez.

Akaashi optó por tomar la mano del contrario, acariciando su palma con delicadeza, Kenma la retiró rápidamente, algo desconcertado.

— ¿Qué haces?

— Tomar tu mano.

— ¿No era un secreto esto?

— Solo quería sentir tu piel, es suave, además, no hay nadie alrededor.

— Idiota. – suspiró acercándose a la máquina expendedora, en donde ingresó sus monedas para sacar un jugo. — ¿Quieres algo? - preguntó viéndole con atención.

— Kozume-san.

— Dime.

— Debes acostumbrarte a esto, ahora somos una pareja y debemos hacer cosas de pareja. Claro, en privado, pero debemos comenzar a acoplarnos, no solo quiero tener el título de pareja, quiero sentirlo realmente.

El peli teñido suspiró, clavando la pajilla en la caja de jugo, sorbiendo un poco del líquido.

— Perdón. – dijo dándole la mano de nuevo, asegurándose de no tener a nadie cerca.

Akaashi le ofreció una cálida sonrisa, Kenma hizo un puchero, desviando su mirada al zumo.

Akinori se acercó, inmediatamente ambos se soltaron de las manos y actuaron con naturalidad.

— ¡Akaashi, adivina qué!

— ¿Qué ocurre, Konoha-san?

— ¡Yukie-chan aceptó ser mi novia! – expresó contento, sin embargo recordó con quienes estaba hablando.

Kenma y Keiji, no podía hablar de noviazgo con dos corazones rotos.

— Bueno, eso. – sobó su nuca.

— Me alegra bastante por ti Konoha-san, espero cuides bien de Yukie-san.

— Lo haré. – sonrió. —Y ustedes, ¿Qué hacían?

— Beber jugo. – respondió Kenma.

— Observar a Kozume-san beber jugo. – respondió Akaashi.

— Ya veo, interesante... – expresó con sarcasmo. — ¿Les parece si vamos los tres por un helado? - sonrió.

Kenma y Akaashi se miraron, Kenma disgustado, Akaashi convenciéndolo con la mirada.

— Iremos. – respondió el de gafas.

— Solo si tú pagas mi helado.

— Lo haré, Kozume-chan.

...

La brisa del viento movía con lentitud los pétalos que descendían de los cerezos, el clima era perfecto, ni tan soleado ni nublado, simplemente fresco.

Cerca del parque de la ciudad se encontraba un gran local en donde vendían los mejores helados, algo subidos de precio, pero realmente valían la pena.

Los tres decidieron sentarse en una de las mesas al aire libre después de pedir sus respectivos helados.

Kenma optó por un helado de fresa, con algunas frutillas incrustadas en la nieve, al igual que algo de mermelada por encima.

Akaashi pidió un helado de café, con pedazos de nueces en el interior, como complemento chocolate derretido en la punta.

Konoha decidió comprar un helado de limón, con chispas de colores en todo el exterior.

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