Esperanza rota

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La habitación se sentía fría, un escalofrío recorrió la espina dorsal del de cabellos negros, haciéndolo abrir los ojos de golpe por completo, en su regazo yacía Kenma, quien aún dormía plácidamente.

Akaashi agitó lentamente el hombro de su acompañante, obligándolo a abrir soñoliento sus ojos, tallándolos con sus manos.

— Dormimos en el sofá.

Kenma se puso de pie, estirando todo su cuerpo, crujiendo algunos de sus huesos, Akaashi hizo lo mismo.

— Mierda. – gruñó Kenma, mirando la hora en el Apple Watch de su muñeca. — Es tarde, tengo una clase extra a la cuál debo asistir, ya sabes, debo ponerme al corriente con todas las materias.

Akaashi caminó hasta su escritorio, en dónde tomó asiento, giró su silla para ver a Kenma, quién se cambiaba rápidamente, y tomaba un pan de la mesa.

— Suerte. – sonrió, observando como se retiraba el peli teñido.

Una vez cerrada la puerta, la sonrisa desapareció, como si todos los pensamientos que lo invadían anoche hicieran acto de presencia nuevamente.

Decidió encender su laptop, en donde se quedó un buen rato plasmado observando únicamente la pantalla de bloqueo, sin teclear nada más, sus dedos no respondían.

Pequeños pensamientos incitaban a Keiji a hacer una locura.

No lo pensó más, tomó su celular y buscó entre sus contactos el número de Bokuto, desafortunadamente lo había borrado anteriormente, en su lugar optó por entrar a su perfil de Instagram, en donde presionó el botón de "Mensaje" y comenzó a escribir.

Podía sentir el pequeño temblor en sus dedos al presionar el teclado de la pantalla, su corazón latía con fuerza, su estómago se sentía vacío, su mente indecisa.

Akaashi Keiji
Hey.

Arrepentido por mandar aquel mensaje lo borró de inmediato, lanzando su celular a su cama desatendida, yendo al baño a lavar su rostro con agua fría, mientras se secaba la cara con una toalla, escuchó una notificación.

Bokuto Koutarou
¿Qué borraste?

Respiró hondo antes de responder el mensaje.

Akaashi Keiji
Nada interesante, un simple "Hey".

Bokuto Koutarou
¡Hey, Hey, Hey!

Una sonrisa se escapó de los labios de Keiji.

Akaashi Keiji
Búho tonto.

Bokuto Koutarou
¡No soy ningún tonto! En fin, ¿Querías hablar?

Akaashi desvió su mirada del celular, mirando en su lugar una de sus plantas, hablando con ella como si fuese él mismo.

— ¿Debería hacerlo?

Su respiración se volvía un poco más pesada, quería llamarlo, quería escuchar su voz, quería confesarle aquello que estaba pensando en ese preciso momento.

Akaashi Keiji
Llámame.

A los pocos segundos de haber mandado aquel mensaje, Akaashi tenía una llamada entrante del búho, la cual estaba indeciso de contestar o no, una parte de él tenía miedo, de lo que pudiera pasar, de lo que pudiera decir, de lo que pensaría Kenma si supiera de aquello.

— Hola. respondió Akaashi, con la voz algo temblorosa, aclaró la garganta y acercó más el celular a su oído.

— ¿Cómo estás? Cuánto tiempo. – rió.

— Ajá, cuánto tiempo. – expresó sarcástico, recordando lo que habían hecho la noche anterior.

— ¿Sigues con Kenma?

— Sí, ¿Qué hay de Mikoto-san?

— Sigo con ella.

Un silencio algo incómodo se hizo presente, hasta que Akaashi habló, finalmente diciendo lo que deseaba.

— Bokuto-san, quiero repetir lo de anoche.

Detrás del teléfono, Bokuto se sobresaltó un poco. — ¿Q-Qué? ¿Tanto te gustó? – rió nervioso.

— No es solo eso. – respondió serio. — Te amo y no puedo ocultarlo más. Anoche no simplemente tuve sexo contigo, para mí fue hacer el amor. – suspiró. — Nadie tiene porque enterarse, esto se quedará entre nosotros dos.

Aquello último era mentira, Akaashi no sabía algo, tenía cierto espectador escuchando cada palabra proveniente de su boca.

Kenma estaba ahí, escuchando cada palabra.

Akaashi pareció demasiado sumergido en sus propios asuntos que ni siquiera pudo percatarse de su presencia, de la presencia de un pobre corazón roto.

Cerró la puerta con cautela, caminó a la azotea del último piso, recargó sus brazos sobre un pequeño muro, dirigió su vista al cielo, con sus ojos húmedos, con su corazón roto.

— ¿Escuchaste eso Kuroo? – exclamó mirando el cielo azul, su voz parecía entrecortada. — Mi corazón nuevamente se rompió.

¿Rencor? ¿Enojo? Nada de eso sentía Kenma.

En su lugar, sentía decepción, de Akaashi, de él mismo, de la vida.

¿Acaso jamás fue suficiente como para llenar el vacío que había dejado Bokuto? ¿De nada sirvió estar con Akaashi? ¿Él era útil siquiera?

No se sorprendía de nada, sabía que los "Te amo" de Akaashi no eran sinceros, pero a pesar de eso, la leve esperanza de estar equivocado fue pisoteada, evidentemente no lo amaba, evidentemente fue utilizado, utilizado en vano.

¿Pero de qué podía quejarse?

Él hizo exactamente lo mismo con él, quería reemplazar a Kuroo por él, tener un lugar seguro, un hogar.

La idea de pertenecerle a alguien, de amar, de ser feliz había cegado a Kenma, las últimas palabras de Kuroo las había malinterpretado.

"Sigue adelante, puedes enamorarte de nuevo si así lo deseas, no te preocupes por mí"

Seguir adelante no significaba precisamente encontrar a alguien más, mucho menos forzarse a ello, el salir adelante no estaba vinculado a enamorarse de nuevo.

Sus lágrimas comenzaron a esparcirse por todo su rostro, sollozaba cubriendo su boca, sabía que había sido un completo idiota, aún así dolía más que a nadie, el hecho de saber que no era necesario en la vida de nadie, el saber que él sobraba en esa relación, el saber que jamás se enamoraría de nuevo, que jamás sentiría con nadie lo que alguna vez sintió con Kuroo, el cuál jamás regresaría a su lado.

Kozume Kenma se sentía estúpido, él había permitido que todo eso pasase, él sabía que jamás sería correspondido.

Pero lo peor de todo era que él sabía que nunca, por más que lo intentase, jamás encontraría a alguien como Kuroo Tetsuro.

Jamás.

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