Clases

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Lunes por la mañana, la alarma vibrando a un lado de la cama hizo despertar a Akaashi, quién salió despacio de la cama, intentando no despertar a Kenma, el cual se encontraba a su lado.

Keiji estiró sus brazos y abrió la cortina, el cielo aún se veía oscuro, el cristal de la ventana estaba algo empañado, afuera hacia algo de frío.

Se dirigió a la cocina, en donde preparó hotcakes, con fresas encima.

— Despierta, gatito.

— ¿Qué? ¿Gatito? – dijo retorciéndose un poco sobre la misma cama, tratando de abrir los ojos de a poco. — ¿Qué hora es? Ni siquiera ha salido el sol. – murmuró.

— 5:20 a.m, sabes que me gusta ser puntual, quiero inculcártelo también. – tomó el brazo del chico, jalándolo un poco. — Ven, hice hotcakes, seguro te gustarán.

Kozume se puso de pie algo somnoliento y se dirigió al comedor, en donde le esperaban unos hotcakes calientes, decidió untar un poco de nutella sobre ellos y comenzar a comerlos.

— Me gustan.

— No hables con la boca llena. – respondió el pelinegro antes de dar bocado.

— No volveré a dar mi veredicto. – expresó con indignación, cosa que hizo reír a Keiji.

— Me alegra que te hayan gustado. – tomó un sorbo de la leche que había servido recién.

Ambos se dedicaron a terminar su desayuno para más adelante lavar sus dientes, ordenar sus respectivas mochilas, tomar una pequeña ducha y ponerse ropa abrigada.

Salieron de la habitación, Akaashi se dispuso a acompañar a Kenma hasta su salón de clases, para asegurarse de que no se fuera a alguna otra parte.

Le restringió los videojuegos durante las horas de estudio, sabía que era una gran distracción que usaba para no prestar atención a las clases, claramente le prometió devolvérselos al finalizar, como recompensa de las horas de estudio.

— Recuerda hacer todas las actividades en clase, nada de procrastinación, solo será una carga para después y lo sabes.

— Mi nintendo... – suspiró con molestia.

— Es por tu bien. – con ambas manos comenzó a dar un suave masaje sobre los hombros del chico, para después dar una palmada en su espalda en busca de expresar ánimo. — Te irá increíble, eres increíble.

— Akaashi-san...

— Te prometo que tendrás una recompensa al salir de clases, jugaremos el juego que quieras, juntos, tú y yo, ¿Qué dices?

Los ojos del más bajo se iluminaron un poco, talló la punta de su nariz con su dedo índice.

— ¿Será como una cita?

— Exacto, será una cita, ¿Aceptas?

— Sí. – asintió un poco con la cabeza, re acomodando su mochila que se caía de sus hombros. — Bien, entonces... adiós.

— Adiós, suerte.

Akaashi ofreció una cálida sonrisa antes de retirarse, observando antes como Kenma entraba a su salón, sentándose en la última columna de pupitres, junto a la ventana. Aceleró un poco el paso, no quería llegar con retardo a su salón de clases, afortunadamente llegó justo a tiempo, antes de que el profesor entrara al aula.

— Chicos, los que tengan la tarea que dejé ayer, favor de dejarla sobre el escritorio. – con un semblante de seriedad, le profesor salió del aula, indicando antes que iría por un café.

Algunos alumnos comenzaron a preocuparse, a otros les daba completamente igual, Keiji por su parte ni se inmutaba, sacaba su tarea de uno de los portafolios de su mochila.

— Pts, anteojos. – escuchó Akaashi a su lado.

El de gafas volteó su mirada, a su lado se encontraban los gemelos Miya, estudiantes también de Kyushu.

— ¿Sí?

— Pasa la tarea, aún tengo tiempo de copiarla. – susurró Atsumu Miya.

— Lo lamento. – dijo cerrando su portafolio. — ¿No puedes pedírsela a tu hermano? – preguntó mirando al otro Miya.

— ¡Este hijo de puta no quiere pasármela si no le doy algo a cambio, es un egoísta!

Akaashi suspiró, Osamu soltó una carcajada.

— Cópiala rápido, si el profesor nos descubre, dirás que tomaste mi tarea sin permiso, ¿Quedó claro?

— Quedó clarísimo. – dijo tomando la hoja suelta de Akaashi, transcribiendo la tarea.

El tiempo fue justo, el profesor llegó para cuando Atsumu terminó de copiar la tarea, ambos dejaron las hojas sobre el escritorio, minutos después, el profesor comenzó a revisarlas.

— Akaashi Keiji, Atsumu Miya. – nombró, haciendo latir los corazones de ambos a niveles exagerados.

Ambos se miraron durante unos segundos, después dirigieron su mirar al profesor.

— Felicidades, estos ejercicios eran de alta dificultad, ambos pudieron responder todos los problemas a la perfección. ¿Les interesaría participar en alguna olimpiada matemática? Tienen potencial.

Osamu soltó una risa baja, una gota de sudor corrió por el sien de Atsumu, tanto Akaashi como el Miya rechazaron la propuesta.

— Atsumu, no creía que se te dieran las matemáticas.

— Ya sabe, con algo de apoyo. – rió algo nervioso.

— Keiji, me interesa saber por qué razón rechaza esta oportunidad, a usted le encanta el estudio.

— La carrera que quiero comenzar en el siguiente curso está desligada un poco de las matemáticas, aunque se me den bien no me agradan.

— Ya veo. – dijo antes de ir al pizarrón, comenzando la clase.

— ¿Por qué rechazas la oferta Tsumu? Es una gran oportunidad. – sonrió Osamu burlón.

— ¡Oh, cállate onigiri parlante!

— ¡Inténtalo Barry Benson!

Akaashi observaba la mini pelea de los hermanos Miya, pero su celular vibrando lo distrajo de eso, era Tsukki.

Tsukishima Kei
Hey.

Akaashi Keiji
Tsukishima-san, hola.

Tsukishima Kei
Quería pedirte un grandísimo favor.

Akaashi Keiji
Dime.

Tsukishima Kei
Como sabes, estoy estudiando medicina en la universidad de Seinan Gakuin. Nos pidieron llevar a una persona para sacarle sangre, le había pedido a Yamaguchi ser mi conejillo de indias, pero se resfrió. ¿Podrías hacerme el favor de venir? Sé que es irrespetuoso decírtelo ahora, estás en clases.

Akaashi Keiji
Para nada, siempre estoy a la disponibilidad de mis amigos. Dime, ¿Cuándo será?

Tsukishima Kei
Hoy, más tarde, como a las 5:00 p.m.

Akaashi Keiji
Ahí estaré.

...

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