A pesar del triángulo amoroso en el que se ve sometido, Harry sabe bien qué es lo que su corazón necesita, solo hace falta que ella regrese al lugar en el que siempre fue feliz...pero al correcto.
(Toda palabra en otro idioma está traducida dentro d...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Había llegado el viernes, esta mañana Maxine se había tomado el día para prepararse, ya que viajaría hasta Lyon con Jason para visitar a su padre. Por mi parte, me encontraba alistándome para ir a trabajar con pesar y mucho cansancio, debido a que había ocupado la mayor parte de la noche tratando de descifrar el nuevo acertijo para encontrar los boletos que me llevarían al concierto de Travis. Bufé al terminar de colocarme mis zapatos, deseando que el día fluyera con tranquilidad ya que mi cita con Zoé sería esta misma tarde, almorzaríamos en un pequeño restaurante de la zona, y aunque no estuviera interesado en entablar una relación más allá de la amistad por ahora, me emocionaba el hecho de conocerla más que como a una simple compañera de trabajo.
Salí de mi habitación con mi maletín en mano, atravesé el pasillo y chequé la hora en mi reloj, 6:30 a.m. Aún me quedaba el tiempo justo para pasar por el Bistró y tomar algo para llevar. Un estruendo en la cocina alertó mis sentidos, giré mi vista hasta allí con el ceño fruncido, Maxine se encontraba de pie con los ojos cerrados y sus manos a cada lado de su cabeza tapando sus oídos, sonreí ante tan tierna escena y atravesé el salón en tres zancadas.
—Maxie, creí que estarías aún descansando. Me sacaste un susto de mierda —Besé su cabeza despeinada y quité de sus manos la cafetera llevándola hasta el desayunador.
—Lo siento tanto —Rió—. No podía dejarte ir con el estómago vacío.
—Estaba a punto de irme, pasaría por el Bistró antes del trabajo.
—¿Planeabas irte sin despedirte de mi? Bien, ahora no me siento tan culpable por dejar caer tu taza favorita.
Observé el suelo, pequeños fragmentos de porcelana estaban esparcidos por los azulejos de la cocina, me precipité a levantarlos antes de que Maxine tuviera la oportunidad de hacerlo.
—Estaba a punto de dejarte una nota, no tenías que destrozar mi taza.
—Lo siento tanto...
Negué riendo. —No es nada, Maxie. Solo una taza. Podrás comprarme otra después.
Ella rió también. —Vamos, siéntate a desayunar. No tienes mucho tiempo.
Corrí una silla para ella, esperé a que tomara asiento y coloqué el desayuno que Maxine preparó al centro de la barra. Me senté frente a ella y degustamos de un exquisito desayuno en completo silencio.
—¿A qué hora saldrán de París? —Pregunté apenas nos levantamos del desayunador. Llevé la vajilla sucia hasta el lavaplatos con Maxine pisándome los talones.
—Jason vendrá por mi poco después del medio día, dijo que revisaría algunos pendientes de su trabajo antes de partir —Tomó mi hombro dejando pequeñas caricias sobre mi camisa, haciéndome sentir una calidez tal cual estuviera desnudo—. ¿Puedes dejar ahí? Se te hace tarde para ir al hospital. Mejor dame un abrazo antes de partir.
