HOLMES CHAPEL
Estúpido.
Así es como me sentía. Después de ese maravilloso pero erróneo beso que sucedió entre mi ángel y yo, la noche se dio por terminada. El camino al apartamento de Maxine fue silencioso, y casi podían escucharse los engranes de nuestra mente trabajando. No había molestia, furia o rastro de enojo en sus facciones, quizás solo un poco de confusión. Al llegar a casa, nos despedimos como siempre antes de dormir, sin embargo, podía sentirse algo entre nosotros que nos alejaba, me agradeció de nuevo por la maravillosa noche, pero evitó mi mirada a toda costa. Lo había arruinado, mi estúpido impulso había arruinado todo lo bueno que había entre nosotros.
La mañana siguiente, después de pasar por lo menos dos horas oculto en la habitación como un cobarde y una larga noche sin lograr conciliar del todo el sueño, decidí salir, Maxine platicaba sonriente con su padre en la cocina, mientras hacía el desayuno, era temprano, ya que visitaríamos a mi madre hasta el pueblo. Ella al verme sonrió, pero sus mejillas se tornaron de un tono rosa visible. Me pidió que me sentara a desayunar con ellos, y no pude negarme, parecía que había perdido el habla, como si mi lengua estuviera dormida, y me sentí aún más estúpido. Sin embargo, el ambiente se aligeró cuando comenzamos a desayunar y platicar con tranquilidad, la radio de fondo emitía la paz necesaria. Hasta que Arthur nos interrogó sobre la noche de anoche.
—¿Qué tal la pasaron, chicos? ¿Les agradó el concierto?
—Estuvo increíble, papá —Dijo mi ángel sonriendo—. La pasamos realmente bien.
—Los escuché al llegar, no creí que el concierto terminara tan tarde.
—Oh no fue así —Mencioné limpiando la comisura de mi boca—. Nos pareció buena idea celebrar un rato en el mismo bar en el que nos encontramos por primera vez.
—¡Qué maravilla! —Exclamó—. Se portaron bien, ¿Verdad?
Maxine, quien estaba bebiendo apenas unos sorbos de su zumo de naranja, casi se atraganta con el mismo, disimulándolo con una fingida risa.
—Papá qué cosas dices —Rió con nerviosismo—. ¿A qué te refieres?
—A la bebida, hija. Por supuesto.
—Nos portamos muy bien, Arthur —Respondí—. No bebimos ni una gota de alcohol.
Arthur palmeó mi hombro. —Me agradas, muchacho.
Terminábamos de desayunar para partir, tomamos nuestras cosas y montamos el auto. Arthur dormía plácidamente en los asientos traseros, mientras Maxine y yo escuchábamos la radio y compartíamos una que otra palabra. Durante el trayecto ninguno de nosotros dijo algo sobre lo ocurrido anoche en el bar, ni una palabra de molestia, nadie mencionó estar arrepentido, no hubo ningún tipo de distanciamiento entre nosotros, las cosas simplemente parecían normales, tal como siempre, y aunque me preocupaba el silencio, también me aliviaba.
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HAPPY PLACE | H.S.
FanfictionA pesar del triángulo amoroso en el que se ve sometido, Harry sabe bien qué es lo que su corazón necesita, solo hace falta que ella regrese al lugar en el que siempre fue feliz...pero al correcto. (Toda palabra en otro idioma está traducida dentro d...