A pesar del triángulo amoroso en el que se ve sometido, Harry sabe bien qué es lo que su corazón necesita, solo hace falta que ella regrese al lugar en el que siempre fue feliz...pero al correcto.
(Toda palabra en otro idioma está traducida dentro d...
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La última pieza de porcelana ya se encontraba escurriéndose junto con la demás vajilla. Solté un suspiro, lo que había pasado antes justo en este mismo lugar con Maxine aún rondaba en mi cabeza. ¿Qué hubiera pasado si el timbre no nos hubiera interrumpido? Podría haber sido el fin de nuestra amistad y el terror me invadió, aunque agradecía la interrupción de Jason, también me enfurecía el hecho de que él estuviera aquí, y que él tuviera el privilegio de besar a Maxine cada vez que él lo deseara.
Alejé todo pensamiento y tomé una toalla de papel para secar mis manos, me dispusé a salir de la cocina, justo en el momento en el que Jason salía del sanitario.
—Harry —Me llamó—. Fue un lindo detalle eso que hiciste por Max, lo de los boletos.
—Oh, no fue nada —Mencioné con cautela—. Sé lo mucho que le gusta la música, ya sabes, escuchar la radio y todo eso.
Jason asintió. —Me parece justo que seas tú quien la acompañe durante el concierto, después de todo tengo todo su día planeado.
¿Pero qué demonios decía este bobo? No había manera, era conmigo con quien pasaría el día, ya tenía pensadas algunas otras sorpresas para mi ángel.
—¿Cómo dices?
—Es su cumpleaños y no podría estar lejos de mi novia en un día tan especial —Sonrió con arrogancia.
—Solo que ella esté de acuerdo, no podrías planear su día sin su consentimiento —Musité entre dientes.
—Oh lo estará, tenlo por seguro.
Su sonrisa arrogante quedó plasmada en su rostro al girar en dirección al salón principal, fulminé con mi mirada su nuca hasta que no lo tuve más a la vista, sin duda, podría con gusto asesinar a ese chico. Suspiré recobrando la paz y salí siguiendo a Jason hacia la misma dirección, justo al momento que el timbre sonaba de nuevo.
—¿Esperamos a alguien más?
Preguntó Maxine. Lilianne se dispuso a abrir la puerta con paso apresurado, recibiendo con ansias a la persona que se encontraba del otro lado del umbral. Mi ángel regresó la vista enfrente, cruzándose con mi confundida mirada, me alertó observar sus ojos azules inundados en terror, sin pensarlo acorté la distancia hasta tomar su mano.
—Maxie, ¿está todo bien?
Maxine negó en respuesta a mi susurro, miró a Jason, quien parecía estar igual de intrigado que Maxine.
—Háblame, cariño —Pedí justo al instante en que la visita entró al salón, fruncí mi ceño, era una chica alta de facciones duras, la conocía.
—Es...Es Geneviéve —Susurró.
—¡Arthur, que alegría verte! —Ella alzó sus brazos en el aire dando pasos largos hasta enredar sus brazos al rededor del padre de Maxine.
