32. VOLEUR

221 12 0
                                    

LADRÓN

Todo estaba borroso a mi al rededor, las luces se veían como ligeras líneas que chocaban contra la ventanilla, pero de alguna manera trataba de enfocarme en el camino, apreté mis manos al rededor del volante hasta que mis nudillos se volvieron bla...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Todo estaba borroso a mi al rededor, las luces se veían como ligeras líneas que chocaban contra la ventanilla, pero de alguna manera trataba de enfocarme en el camino, apreté mis manos al rededor del volante hasta que mis nudillos se volvieron blancos y mantuve el pie sobre el acelerador, en mi mente solo estaba lo que acababa de pasar. ¿Podría ser más estúpido? Controlar mis impulsos frente a Maxine cada día era más complicado.

Encendí la radio solo para llenar el silencio del auto, aunque de nuevo me percaté de lo aburrido que era sin Maxine, escuchar la radio no se sentía igual sin ella, lo cual era absurdo, ya que escuchar la radio era solo eso, encenderla y escucharla, pero su sola presencia hacía de lo más insignificante algo verdaderamente especial, por más simple y rutinaria que fuera, ella lo hacía sentir como algo realmente nuestro, solo nuestro. El timbre de mi celular me hizo desviar la vista del camino por un segundo, coloqué el manos libres y respondí la llamada.

—¿Harry? —Dijo Zoé por el otro lado de la línea—. ¿Todo bien? ¿Qué te está haciendo demorar tanto?

—Lo lamento, Zoé. Estoy de camino ahora mismo, aún no conozco muy bien las calles de París y quizás me desvíe un poco, pero estoy cerca.

—Bien, entiendo. Me comenzaba a preocupar un poco. Te veré pronto.

Zoé truncó la llamada y pisé el acelerador aumentando la velocidad. Apenas unos minutos después Zoé ya estaba sentada a mi lado en el asiento de copiloto. Su vestido azul contrastaba con su piel clara y se ceñía a todo su cuerpo a la perfección.

—Te ves increíble —Le aseguré sonriendo. Porque eso era lo que hacían los novios ¿o no? Halagar el aspecto de su pareja.

Besó mis labios cortamente en agradecimiento, asegurándome que también lucía bien y partimos con rumbo a la gala. Durante el camino retocó su maquillaje y cambiaba constantemente de estación a estación asegurando que no había algo que sonara bien, algo que francamente lograba irritarme. Por suerte no duró mucho tiempo, ya que llegamos al salón, conseguí un lugar para dejar el auto aparcado y bajé rápidamente para ayudarle a sostenerse en sus tacones. El lugar era precioso, como una gran mansión, el jardín era enorme y miles de luces brillaban en él. Por dentro no podía ser mejor, había un aire de elegancia y sofisticación, sonreí al instante, no había nada que Maxine no pudiera hacer a la perfección. Comencé a buscar entre el mar de cabezas aquella con cabellos rubios rojizos, cuando la encontré charlando con algunos de los invitados no pude evitar ampliar mi sonrisa, lucía cómoda y serena, seguramente orgullosa de ella misma. Jason a su lado lucía aburrido y algo malhumorado, esperaba que no le arruinara la noche a mi ángel o yo mismo me encargaría de hacerlo plañir.

Maxine captó mi vista y giró su rostro encontrándose con mis ojos a la distancia, sonrió cálidamente y asintió con su cabeza para hacerme entender que las cosas iban bien. Zoé haló ligeramente de mi brazo llamando mi atención, no sabía por cuánto tiempo me había detenido a admirar a Maxine, pero desvié mi vista hacia Zoé, quien me pedía tomar una de las mesas.

HAPPY PLACE | H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora