19.2 LYON

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Maxine Claire

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Maxine Claire

Un ligero tintineo logró despertarme, las cortinas estaban corridas, y el sol entraba directo a mi rostro, entrecerré un par de veces mis ojos, con el fin de acostumbrarme a la luz, una silueta frente a la cama sostenía una bandeja, Harry parecía un ángel a contraluz, me sonrió, y yo me sentí perdida en sus preciosos hoyuelos y en la frescura que emanaba.

—Buenos días, Maxie —Dijo a la vez que con paso desgarbado se colocaba a mi lado—. Te traje un té y algunos trozos de frutas, estuviste un poco inquieta por la noche.

Estiré un poco mi cuerpo antes de sentarme para recargarme sobre la cabecera de la cama, Harry colocó con cuidado la bandeja sobre mis piernas hechas moño.

—Gracias Harry. Y lamento mucho si es que no te dejé descansar.

—No te preocupes por eso —Sonrió sentándose en la orilla—. Tuve una buena noche. Lydie tendrá el desayuno listo en poco tiempo, me pidió que te lo dijera.

—Bueno, creo que con esto será suficiente.

Harry negó. —Solo es té y fruta. Tiene que desayunar mejor, doctora Claire.

—Bien doctor Styles, como diga —Reí antes de tomar un sorbo de té—. ¿Qué tal viste a mi padre? No pudimos platicar más sobre eso anoche.

—Me parece que va bastante bien. Luce un poco...cansado, pero es normal. No es una enfermedad fácil de vencer, pero lo va a lograr Maxie, tú ahora estás con él. Pude ver cuánta fuerza le dio tu sola presencia.

Harry acarició mi mano con una sonrisa. Dejé a un lado la bandeja casi vacía y me levanté de la cama a la par de él.

—Gracias por el té, Haz. Me iré a poner algo de ropa decente para bajar con mi padre.

Besé la mejilla de mi mejor amigo y dejé algunas caricias en su espalda. Salí por la puerta hasta la habitación contigua. Me aseé y cambié de ropa, en pocos minutos, apliqué un poco de maquillaje en mis marcadas ojeras y peiné mi cabello, no quería dar una mala impresión ahora que mi padre necesitaba tanto de mi.

Poco tiempo después bajé por las escaleras hacia el salón principal. Me sorprendió encontrarme a Harry cómodamente en el sofá platicando y riendo con mi padre, bebiendo café como si de un show nocturno se tratara y mi padre fuera el anfitrión que hace preguntas a sus invitados. Me quedé de pie en el último peldaño de la escalera recargada sobre el barandal, con una sonrisa plasmada en mi rostro, ambos hombres reían y platicaban con ánimo hasta que Harry pasó su vista de mi padre hacia mi. Se levantó del sofá de inmediato, tendiéndome su mano. Mi padre desvió su mirada al acto y en su rostro expandió una gran sonrisa.

—¡Maxine! —Exclamó—. Me alegra que te nos unas. Te esperábamos para el desayuno. Lydie lo tiene todo listo.

Me acerqué a mi padre con una sonrisa de agradecimiento ¿Cómo es que no me había dado cuenta de lo mucho que lo extrañaba? Su cálida sonrisa iluminaba la sala entera. Le ayudé a levantarse de su sofá individual, y lo dejamos liderarnos hasta el comedor. Lilianne ya se encontraba ayudando a Lydie con la loza, nos sonrió apenas entramos al comedor, una vez lista la mesa, todos nos sentamos a desayunar entre pláticas y anécdotas.

HAPPY PLACE | H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora