A pesar del triángulo amoroso en el que se ve sometido, Harry sabe bien qué es lo que su corazón necesita, solo hace falta que ella regrese al lugar en el que siempre fue feliz...pero al correcto.
(Toda palabra en otro idioma está traducida dentro d...
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Maxine Claire
Había llegado el día, mi pesadilla por fin acabaría hoy. Jamás imaginé que planear una gala sería tan agotador y demandante, en mi mente era pan comido, solo tendría que buscar un par de proveedores, descartar algunas opciones y esperar a que mágicamente el evento funcione; pero era solo eso multiplicado por un millón, y siendo tan perfeccionista en mi trabajo, comenzaba a pensar que no debí jamás aceptar este cargo extra.
Pero hoy por fin había llegado el día.
Tomé del perchero al pie de mi cama la bata de seda rosa que iba a juego con mi pijama, la pasé por sobre mis hombros, me aseé el rostro, cepillé mis dientes y até mi cabello. Salí de mi habitación aún frotándome los ojos y con paso perezoso, cuando tenía algún pendiente durante el día, conciliar el sueño durante la noche me resultaba bastante complicado, y esa es solo una de las razones por las que repudiaba mi mente.
Pasé frente a la habitación de Harry, aspiré fuerte, juraba que podía oler desde fuera su perfume; un aroma amaderado con un toque de vainilla y cocoa. Francamente delicioso. Me pregunté si ya estaría despierto, y las ganas de descubrirlo por mi misma me invadieron. Tomé el pomo de su puerta decidida a girarlo, pero me detuve. Seguí mi camino hacia la cocina del loft, y si hubiera abierto su puerta habría sido en vano, porque su fuerte espalda estaba de frente a mi, mientras él cocinaba algo que para mi vista era desconocido. Tragué saliva y lo observé, su cabello lucía desordenado, así que seguramente acababa de salir de su cama también, los ligeros rayos de Sol que se colaban por entre las cortinas le daban un tono más claro a su piel, podía observar como a pesar de tener una ligera playera encima los músculos de su espalda se tensaban deliciosamente en cada movimiento que él realizaba, Harry giró sobre sus talones y me vio, el hoyuelo de su mejilla se hundió al sonreírme con tanta dulzura que sentí que mis piernas fallaron por un segundo, no sabía qué estaba pasando con él, pero a partir de ese beso, me di cuenta de lo nerviosa que Harry Styles me hacía sentir bajo su intimidante mirada.
—Buenos días, Maxie —Me saludó. Musité una respuesta y apreté más el nudo de mi bata, nerviosa de sentirme aún más vulnerable frente a él—. Ya estoy haciendo el desayuno, ¿Prefieres beber café o té?
—Un café me vendría bien. Gracias.
La cafetera borboteaba y cada esquina del loft olía maravillosamente a café, Harry sirvió dos tazas y desayunamos mientras conversábamos, o al menos él conversaba, yo solo asentía y respondía a sus preguntas sobre la gala de hoy. Cuando llegó el momento de recoger la loza, el se apresuró a tomar mis platos sucios.
—Oh por favor, déjame limpiar, tu hiciste el desayuno.
El negó. —Tienes una gala hoy, no estoy muy familiarizado con la rutina de las chicas, pero creo que se está haciendo tarde para todo eso que conlleva el verse magnífica —Sonrió arrebatándome de nuevo la loza de las manos—. Ve, haz lo que tengas que hacer, yo podré estar listo en 5 minutos.
