JUSTICIA
Estaba hecho.
Lilianne sería condenada esta misma tarde. Había cabido la prudencia en ella, y al verse acorralada y siendo interrogada por los federales competentes al caso, decidió cooperar y confesar todo lo que había ocurrido con detalles aquel fatídico día, no por voluntad propia, sino porque la condena sería menor si aceptaba el crimen. Sostuve a Maxine entre mis brazos la mayor parte del juicio, y pude ser testigo del temblor en su cuerpo, la mirada de aquella mala mujer no se despegaba de mi ángel, y temía que sus ojos se convirtieran en filosas dagas en cualquier momento, pero ahora, ella se encontraba siendo esposada y seguramente pasaría una buena cantidad de años tras las rejas.
Sentí sollozar a Maxine mientras observaba cómo se llevaban a esa mujer, escondió su rostro en mi pecho cuando por fin desapareció de nuestra vista, sabía que ante esa mala mujer, ella solo quería parecer dura y fuerte.
—Está hecho, cariño —Le dije acariciando su cabello—. No podrá hacerte más daño, se ha hecho justicia.
—Creí que se sentiría bien —Me confesó—. Pero siento que he sido muy cruel, Geneviéve ni siquiera está aquí para saber qué es lo que ha estado ocurriendo con su madre. De alguna manera me siento culpable por no dejarlas despedirse.
La sola mención de su nombre me hizo tensarme, y temí que Maxine pudiera notar lo rígido que mi cuerpo se había puesto, una semana había pasado desde que decidí callar, desde que supe que sería padre, y aún no me sentía lo suficientemente valiente como para confesárselo a Maxine.
—Eso no es culpa tuya, ángel. Arthur me ha asegurado que él mismo le llamó para ponerla al tanto de la situación. Ella vendrá en cuanto pueda.
Asintió y me pidió que la llevara a casa. Maxine se sentía preocupada por su padre, sabía que le angustiaba que se sintiera solo, y yo le había ofrecido trasladar a su padre a nuestro loft. A ella le pareció buena idea, después de preguntarme si de verdad creía que estaríamos bien así, y a pesar de la renuencia de Arthur alegando que no quería ser un estorbo, logramos convencerlo de que su compañía nos vendría bien a ambos. Sin embargo, Maxine había decidido guardar la compostura ante su padre, aunque habían días que no podíamos resistirnos a dormir juntos, a ella le parecía que su padre agradecería que tuviéramos nuestras recámaras por separado, y no podía estar más de acuerdo, no me gustaría hacer pensar mal al padre de la mujer de mi vida, y mucho menos hacerlos sentir incómodos. El único problema eran las piezas de arte que habían llegado unos días atrás, ya que los últimos días habían estado ocupando el último cuarto disponible, Maxine se había puesto de lo más contenta cuando las tuvo de nuevo a su disposición, y yo pasaba horas observándola pintar, me encantaba ver su perfecto rostro concentrado en sus trazos y el brillo en sus ojos al ver sus obras de arte terminadas, sin embargo, esas piezas ahora mismo estaban viajando de regreso a casa, a Londres.
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HAPPY PLACE | H.S.
FanfictionA pesar del triángulo amoroso en el que se ve sometido, Harry sabe bien qué es lo que su corazón necesita, solo hace falta que ella regrese al lugar en el que siempre fue feliz...pero al correcto. (Toda palabra en otro idioma está traducida dentro d...