1. AMITIÉ

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AMISTAD

3 años después

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3 años después.

Salí de quirófano despojándome de aquella tela azul y arrojándola al cesto con las demás batas protectoras. Suspiré con cansancio, la cirugía fue larga. Entré a la pequeña sala de descanso, estiré los músculos de mi cuello y desvié mis ojos al reloj que colgaba sobre la máquina de café exprés, 3:45 a.m. había perdido la cena, mis tripas rugieron como si supieran lo que pensaba, solo quería llegar a casa.

—¿Qué tal salió todo, Styles?

Brinqué en mi lugar a pesar de la dulce voz.

—Maxine, me sacaste un susto de mierda ¿Por qué siempre eres tan silenciosa?

Reí junto con ella, desde aquella noche de su cumpleaños nos habíamos hecho grandes amigos.

—Lo siento, creí que tal vez te vendría bien un poco de comida —Me tendió su fiambrera repleta de comida, podría comerme hasta su mano si no la soltaba a tiempo—. Mucho mejor que las ensaladas frías del hospital.

Maxie, eres mi ángel —Besé su cabeza repetidas veces—. Siempre sabes lo que necesito.

—Lo sé, lo sé —Rió apartándome y colocando su cabello perfectamente de vuelta a su lugar—. Tú cena tranquilo, seguro mueres de hambre, yo iré a hacer tu última ronda.

—No, eso no es posible. No te daré más trabajo, acabas de terminar una guardia de 12 horas.

—¡Y tú una cirugía de 5 horas! Vamos doctor apuesto, déjate consentir esta vez —Sonrió—. Me siento activa, haré tu ronda, cena y podremos largarnos de nuestra cárcel.

Dio media vuelta marchándose sin dejarme decir más, pero así es ella, testaruda, terca y un dolor en el trasero, justo como me lo advirtió tres años atrás. Reí al recordar su mirada ebria y me senté a cenar.

Un tercio de hora más tarde, Maxine regresó con su bolso al hombro, mientras yo terminaba el reporte de la última cirugía que realicé.

—Todo perfecto con tus pacientes, Harry. Eres un gran doctor —Me alabó—. ¿Estás listo para irte?

—Más que listo —Tomé mis cosas y le cedí con mi mano el paso por la puerta.

Después de registrar como cada fin de turno en el hospital nuestra salida, nos dispusimos a atravesar el estacionamiento aún repleto de autos, hasta encontrar el que me pertenecía.

HAPPY PLACE | H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora