Blake
Caminamos torpemente hasta llegar a su casa, se deshace su su chaqueta y la avienta a un lado.
- No sabes lo mucho que desde esto.- habla con su voz ronca.
Con pasos rápidos se acerca a mí y me besa con pasión, con salvajismo y con sensualidad.
Sus manos recorren todo mi cuerpo hasta que las deposita en mis piernas y me levanta para que los rodee con ellas.
Su cuerpo se siente mojado, su respiración esta acelerada y su cabello esta revuelto.
Siento como comienza a caminar conmigo en sus brazos por todo el lugar hasta que llegamos a su habitación.
Lentamente me deposita en la cama, sus ojos se oscurecen y en la posición en la que esta parece un cazador en busca de su presa.
- Ya eres mía.
- Lo soy.- la humedad en mi zona intima aumenta.
- Así me gusta.- gruñe.
Se deshace de mi pantalón y lo vienta, se incorpora para sacarse la camisa rápidamente.
Sus abdominales están más marcados y su piel esta pintada con nuevos tatuajes que me incitan a pasarles la lengua por cada uno de ellos.
- Te haré gritar hastas que te duela la garganta.
La playera que tengo la rompe, literalmente.
Me quita el sujetador mientras me besa el cuello, yo me retuerzo del placer y me aferro a las sabanas.
Se separa de mí y lentamente va bajando hasta que llega a ese punto sensible, se queda un momento apreciándolo y después con cuidado quita mi braga.
- Alex...- gimo.
- Dime princesa.
- Follame.
- ¿Por qué?- me mira.
- Por favor.- sonríe de lado con picardía.
Su boca besa mi muslo derecho, después el izquierdo hasta que finalmente lame mi parte intima que ha estado chorreando desde hace tiempo.
Arqueo mi espalda y comienzo a gemir, aprieto las pierda a su alrededor y agarro fuertemente las sabanas.
Su lengua se mueve rápidamente, lame y succiona todo como si fuera lo único que quisiera hacer en su vida.
Siento que llegare al climax en cualquier momento, estoy a nada, sin embargo él no me lo permite.
- Te castigare por hacerme esperar seis años enteros para poder follarte como me gusta.- gruñe.
Se levanta y se aproxima a un cajón, yo lo miro con el ceño fruncido mientras hace eso.
Después de un rato puedo ver como regresa con una venda y unas esposas.Mierda.
- Quédate quieta.
Se acerca a mí, toma mis manos y las eleva, las amarra y las coloca en la cabecera de su cama.
Después me pone la venda.
- Alex.
- Está bien, déjame esto.- me da un beso para después alejarse.
Y sin decir nada, sus manos comienzan a viajar por todo mi cuerpo, tan lenta y tortuosamente.
Se acerca a mis pechos y los besa delicadamente, sus dedos siguen recorriendo cada parte de mí con lentitud hasta que los deja nuevamente en mi zona.
Quiero sentirlo dentro de mí, quiero que me haga suya de una vez.
- Alexander...- gimo su nombre.
- Sí princesa, gime mi nombre, quiero que recuerdes quién hace que te mojes así.
Me retuerzo en mi lugar, quiero tocarlo como él me toca, pero no puedo.
Estoy sumida en mis pensamiento que me sorprende cuando mete un dedo, gimo y me muevo.
Comienza a moverlo lentamente, después de un rato mete otro y ahí es en donde comienza a menearlos más rápido.
- Ah si...- digo.
Quiero verlo, quiero ver esos ojos azulados y quiero observar cómo mueve sus dedos en mi interior.
Maldita venda.
- Follame por favor Alexander.- suplico.
- ¿Ya aprendiste la lección?- susurra.
- Sí, sí.
- ¿Cómo estoy seguro?
- Haré lo que quieras.- la humedad aumenta y mis brazos se comienzan a cansar.
- ¿Ah sí?
- Sí.
- Ha salido mucha mierda de tu boca Blake, mierda que me dolió.
- Perdón.- sigo moviéndome con forme sus dedos.
- Si dices que no lo harás otra vez, primero te follare la boca para que aprendas a no hablarme así jamás.- saca sus dedos de mi interior.
Me desamarra y quita la venda, el bulto que tiene su bóxer es enormemente notorio, sus músculos están tensados
Se pone de pie, me extiende la mano para que la tome, y así lo hago.
- Arrodíllate.- ordena.
Sin decir nada lo hago sin perder el contacto visual.
- Llévalo hasta el fondo.- ordena.
Tomo su miembro entre mis manos y la acerco mi boca, comienzo lamiendo un poco, juego un rato con él para después metérmelo.
Alexander suelta un gemido, su cabeza se va hacía atrás, su mano toma mi cabello en una coleta y comienza a moverme lento.
Después de unos segundos su vista regresa a mí.
- No sabes lo jodidamente sexi que te ves en esa posición.- habla con su voz ronca.
Empieza a moverme más rápido y salvaje, las lágrimas me amenazan con salirse, pero trato de retenerlas.
El agarre se intensifica y sus músculos se tensan aún más.
El sudor me recorre la cara y las piernas comienzan a dolerme.Y finalmente el liquido sale, llenándome de ese toda la cara.
- Te ves como una maldita reina.- gruñe.
De un movimiento veloz me levanta y me deja en la cama, me voltea y sin decir nada me penetra.
Suelto un gemido ruidoso y él comienza a entrar y salir salvajemente, sin piedad y fuerte.
Lo único que se escucha en la habitación son nuestras pieles chocando y nuestros gemidos.
- Más.- pido.
Y así lo hace, aumenta la velocidad, aumenta el placer y lascivia.
Por fin puedo llegar al climax, por fin puedo llenarme de él, de su jugo y del goce que me da.
Mi respiración esta agitada y la de Alexander también.
Me abraza y yo dejo que lo haga.
- Te extrañe.- digo.
- Yo también preciosa.- se deja caer a mi lado.- Eres mi perdición.
- Y tú eres la mía.
Me acerco a su cuerpo para descansar mi cabeza en su pecho desnudo.
- Te amo.- me da un beso en la frente.
- Yo más.- contesto antes de quedarme dormida.
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Bajo las estrellas
Teen FictionUn pasado, una historia, un amor que resultó ser doloroso pero duradero. Después de seis años de estar separados, por fin se reencuentran, por fin sus corazones vuelven a estar completos. ¿Pero ella podrá aceptarlo de nuevo en su vida?